Una caótica y multitudinaria recepción tuvo Chivas a su llegada ayer a la capital del país. En el aeropuerto, unas 200 personas de la barra La Legión aguardaron a los jugadores con playeras rojiblancas, globos, banderines y hasta un lábaro mexicano. Allí gritaron y entonaron cánticos sin cesar para apoyar al popular equipo tapatío.

Más de una hora tuvieron que esperar los futbolistas antes de traspasar las puertas de cristal corredizas de la sala de llegadas de la terminal dos, mientras se organizaba un operativo de seguridad para resguardarlos y encaminarlos al autobús que los trasladó a un hotel ubicado en el sur de la ciudad.

Mientras los jugadores avanzaban con dificultad entre decenas de aficionados, al técnico Matías Almeyda lo arroparon dos corpulentos elementos de seguridad y lo llevaron casi cargando al vehículo.

Carlos Salcedo, quien se dispone a jugar su segundo clásico nacional, señaló que es interesante enfrentar al América. Apenas tuvo tiempo de decir que vienen por los tres puntos cuando los de seguridad lo rescataron a empellones de entre la multitud al grito de “‘¡eres el último, ya todos están arriba!”

Jair Pereira, en tanto, comentó: La verdad estoy agradecido con toda la gente que vino a apoyarnos y esperamos hacer un buen partido. Es un juego mediático, pero los clásicos son como los demás: en la cancha somos 11 contra 11 y nos preparamos mucho porque necesitamos los tres puntos.

De su lado, Miguel Ponce anotó: Seremos locales el día de mañana (sábado). Por supuesto, no hay miedo contra las Águilas y menos con toda esta gente que está aquí. Afortunadamente hemos levantado la cara con el nuevo técnico y no nos sentimos menos. Físicamente no estoy bien, pero vamos a ganar.