Para el poeta Eduardo Mosches el silencio es la muerte de todo hecho creativo y los enemigos del silencio es el acto de crear, de expresar y de no aceptar.

En su poemario Los enemigos del silencio, publicado por Ediciones Sin Nombre-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y presentado la noche del martes, el autor argentino reúne poemas sobre los sonidos del silencio, el insomnio y el tiempo.

En el vestíbulo del auditorio de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), plantel Del Valle, el también editor de la revista Blanco Móvil indicó que no hay silencio absoluto, pues de ser así no existiría la forma expresiva completa. Consideró interesante que en torno a su poemario existieran miradas diferentes, porque lo importante es la mirada de los demás, la relectura.

En la velada literaria, la poeta Grissel Estrada expresó que Mosches mediante sus imágenes genera una interpretación del mundo, con lo cual el poeta se salva noche tras noche.

Agregó que se trata de un libro de contrastes, donde hay silencios-sonidos, luz-oscuridad, reflexión-acción, y el insomnio es el que trae esas reflexiones que la vigilia a deshoras provoca. Durante el insomnio, en plena oscuridad, la voz lírica recrea temores de niño, las recetas de la abuela, el tiempo consumido.

Respecto de la segunda parte del libro, titulada Despedidas y rencuentros, la profesora de la UACM mencionó que la voz del poeta sale a la vida para hablar del regreso a su ciudad natal, sobre la agonía del padre y de los asesinatos en el país.

La poesía es conocimiento trascendental. Para lograrlo, Mosches explora el insomnio que como una raíz se va expandiendo hacia otros temas, como la vejez, la infancia, los muertos; logra también encontrar una voz lírica constante. Los poemas, a veces mostrando la vida plena, cotidiana, tienen finales contundentes, con metáforas que resumen ese conocimiento, precisó Estrada.

Vigilia y abismo angustioso

El poeta Andrés Cisneros de la Cruz señaló que Mosches tiene el valor de expresar sin temor la fealdad del mundo, aunque no teme volver monstruoso lo presumiblemente bello. Estamos ante una poética del insomne, en este libro Eduardo Mosches nos sumerge en el ser que habita paralelo a su anfitrión: huésped incómodo que ronda entre las habitaciones tratando de evadir la cama de un libro abierto.

La poeta y ensayista Alicia García Bergua expresó que la primera parte del poemario, titulada El cercano enemigo, es quizá la más lograda por un poeta desasosegado, que no está del todo dormido ni despierto, sino en esa zona fronteriza que él considera impura: entre esa razón que supone la vigilia y el abismo angustioso que se abre en el insomnio en la imposibilidad de entrar en el sueño.

El insomnio es onírico y en él se redimensionan como en los sueños los hechos que ocurren en la noche y los que nos impresionan por ejemplo: las cabezas cortadas por la actual violencia y el drama de los mineros chilenos, que Mosches incluye en su poemas.

En la presentación, moderada por Gloria Zaldívar, los poemas fueron cantados por Nayeli Nesme y Kously Lamko, quien definió el encuentro de una fiesta de la palabra.