México no es uno de los países líderes del mundo globalizado. Y para el director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Fernando Castañeda Sabido, la universidad debe trabajar para que eso cambie. El sociólogo es uno de los aspirantes a relevar en noviembre a José Narro Robles en la rectoría de la institución.

En entrevista realizada en Ciudad Universitaria, el académico opina que la generación de capital humano debe ser el eje del desarrollo del país. No podemos seguir apostándole sólo a la maquila, sino al valor agregado en la economía, lo que sólo se consigue formando a los jóvenes en la universidad.

Castañeda es egresado de la facultad que dirige desde 2008. Tiene maestría y doctorado en sociología y ciencias sociales por El Colegio de México.

–¿Por qué quiere ser rector?

–Sería un honor y un reconocimiento que la Junta de Gobierno me designara. Y creo que tengo cosas que decir y aportar a la universidad. Tengo experiencias que pueden servir mucho al gobierno de la institución.

–¿Cuál es su diagnóstico de la universidad?

–La veo muy bien. Es el principal referente de educación superior en el país y América Latina; además es una institución con reconocimiento en todo el mundo. Pero tenemos retos. Uno de los principales es definir cómo jugará en los siguientes años su papel de universidad nacional en un país que está en un proceso de transformación. La UNAM necesita cambios para ello.

–¿A qué cambios se refiere?

–De lo que hablo es de cómo la UNAM ha tenido distintas etapas en su relación con el gobierno. Y hoy hay una nueva. El país está en un desarrollo de su democracia y han surgido actores, grupos y élites distintos y pensar la relación de la universidad con ellos es el reto. Para esto yo creo que debemos pensar en nuevas formas de gobierno.

–¿Cuáles son los retos de la universidad?

–Creo que la globalización representa un reto para nuestro país. Nuestra sociedad tiene el reto de incrementar el valor agregado a nuestra economía a través del conocimiento y la generación de capital humano debe ser el eje del desarrollo del país. Los países que pueden imponer los ritmos en la globalización son los que tiene un gran capital humano y una base científico-tecnológica poderosa.

–¿Y cuál es el papel de la universidad en ello?

–Tenemos que definir cómo vamos a trabajar junto con el sistema universitario para responder a este reto de formación de capital humano altamente calificado. No podemos seguir apostando a la maquila, sino al valor agregado. Es un reto que tenemos que enfrentar como cabeza de un sistema educativo.

–¿Cuál es su proyecto para la UNAM?

–Creo que la universidad tiene que medir y pensar en su internacionalización. No se trata de insertarse en la globalización sin más, sino de pensar bien cómo. La universidad tiene que ser inclusiva y garantizar estabilidad para que sus diferentes dependencias puedan progresar. Tenemos instituciones con niveles de desarrollo muy desiguales que requieren armonía para desarrollarse.

–¿Cómo puede la UNAM contribuir a ampliar la cobertura de la educación superior?

–Es un tema al que el país en su conjunto tiene que responder. Hay que tener cuidado en no pensar que la universidad es una especie de secretaría de Estado que tiene que atender estos asuntos. Tiene que opinar, alzar su voz y ha hecho un gran esfuerzo con la modalidad de universidad abierta y a distancia. Esas son alternativas para crecer.

–¿Cómo enfrentar los asuntos relacionados con la seguridad de los universitarios?

–Es uno de los puntos vulnerables para todos nosotros y necesitamos trabajarlo con el gobierno. Con los temas de venta de drogas en la facultad que han salido en la prensa no se dice todo. Sí, tenemos problemas de seguridad, pero resolvemos bastantes. Dentro de la UNAM hay menor nivel de delincuencia que lo que hay en las colonias de nuestros alrededores.

–¿Considera que el hecho de que su trayectoria se haya realizado principalmente en CU es una ventaja?

–Creo que salir seguramente da un aprendizaje que vale la pena. Mi trayectoria es más en la universidad, pero no veo mal que alguien diga que tiene ese perfil. Yo digo que el mío ayudaría a la institución. Ya la Junta de Gobierno decidirá quién es el más adecuado. El asunto no es dónde trabajamos, sino cómo entendemos a la UNAM en el contexto del país.