El equipo de la franja sufrió la expulsión de su portero
El zaguero Ramón Arias se puso los guantes y casi evita el gol
Lunes 5 de octubre de 2015, p. 3
Puebla.
No habían pasado ni 10 minutos de juego y a Puebla ya se le venía el primero de los dos penales con los que perdió 3-1 ante Morelia. Luego un remate impecable de Pablo Velázquez y, para cerrar, otro penal y la expulsión de su portero Cristian Campestrini.
El primer penal llegó a los ocho minutos, cuando el árbitro José Alfredo Peñaloza consideró que el rozón de botines de Robert Herrera contra Dieter Villalpando merecía la pena máxima. Y el cobro fue certero de Juan Pablo Rodríguez.
Puebla no bajó las manos y buscó con distintos recursos empatar el marcador, pero hizo falta precisión, además de que la defensa de Morelia se reforzó, a veces con todo el equipo.
El camotero Luis Robles intentó un par de remates que se fueron desviados, pero demostraron que no bajaría la intensidad del ataque.
Luis Gabriel Rey tuvo un remate impecable, luego de un pase de Óscar Rojas, pero el arquero Cirilo Saucedo se quedó con la pelota en la línea de gol. La abrazó con desesperación y permaneció unos segundos aferrado a ella como si no creyera lo que acababa de hacer. Y volvió a hacer otro milagro casi al final del primer tiempo, cuando paró un tiro raso.
En el complemento, Puebla siguió con la actitud de revertir el marcador y el Hobbit Bermúdez casi lo logra. Lo perseguía Pablo Velázquez y disparó desde afuera del área, pero Saucedo volvió a hacer de la suyas y se quedó con el balón.
Pero nada le salió al conjunto de la franja y en la primera que tuvo Jefferson Cuero realizó una jugada de crack, hizo trizas con los amagues a Rojas y envió un centro impresionante, que Velázquez remató con técnica incuestionable al minuto 64.
Morelia creció entonces y Carlos Morales buscó su tanto, hizo todo lo que era necesario y llegó al área con espacio suficiente respecto a su marca, pero el arquero Campestrini lo achicó con sangre fría y le arruinó todo el trabajo que había realizado.
En ese instante Campestrini se volvió protagonista del juego, mala señal para el Puebla, pues significó que el ataque de Monarcas cada vez era más vigoroso y recurrente.
Lo fusilaron una y otra vez, y paró a veces a manotazos y otra, como en la de Facundo Erpen, apenas con el pie.
La oportunidad de Puebla llegó al final. En un tiro libre de Carlos Gutiérrez al 76, con un disparo prodigioso que pasó por encima de la barrera para encajar en el ángulo derecho.
Morelia se volcó entonces contra el área de los locales y empezaron a dispararle desde todos los flancos y Campestrini otra vez parecía que multiplicaba sus extremidades y mantenía a salvo su meta. Pero era demasiado y, al 85, Cuero entró al área y Campestrini salió al balón, pero el colombiano sintió la jugada y desmadejó el cuerpo. El árbitro marcó de nuevo penal. No sólo eso; para Peñaloza, la salida del arquero argentino merecía la roja y lo echó del campo.
El defensa Ramón Arias se enfundó los guantes y se dispuso a parar el penal, que cobró de nuevo Juan Pablo Rodríguez al 87. Lo destacable es que el zaguero investido de guardameta se tiró con buen sentido del disparo y alcanzó a tocar la pelota, pero le faltó fuerza para impedir que cayera el 3 a 1 definitivo.
El resultado es un tanque de oxígeno para el once moreliano que pone su cociente en 1.1000, mientras el poblano se quedó en 1.1519, con lo que la lucha en este departamento se vuelve muy cerrada.