El tenor fue el invitado de honor en la inauguración de la escuela Maestro Narciso Lico
El centro de enseñanza, sueño del compositor oaxaqueño, premio Nacional de Ciencias y Artes 2013, es construido en Santa Ana Del Valle
Dios nunca muere, tema principal de un concierto homenaje
Martes 20 de octubre de 2015, p. 9
Santa Ana Del Valle, Tlacolula, Oax.
¿Qué les pasa? ¡Yo soy de Parchís para acá! Antes de cantar ópera oía de todo y ser tenor no es más que una tesitura
, expresó feliz y agitado Javier Camarena, representante mexicano del bel canto ante el mundo, quien rompe paradigmas y parsimonias estériles y el pasado domingo fue el padrino, invitado de honor, de la inauguración del Centro Cultural para el Desarrollo de las Bandas de Música Tradicional del Estado de Oaxaca Maestro Narciso Lico Carrillo, con sede en esta comunidad.
Minutos antes de la entrevista, Camarena escuchó en primera fila el concierto-homenaje al maestro Lico Carrillo, fallecido el pasado 5 de agosto. Los lugareños lo recuerdan como alguien que sabía enseñar música y cuyo sueño fue tener una escuela para preservar y difundir, sobre todo, la música tradicional, la de viento, convencido de que un niño músico será mejor ciudadano, mejor ser humano.
La escuela está en una primera etapa de construcción; faltan los acabados; los baños y regaderas casi están listos. Apenas hace unos meses, el terreno donde se levanta era monte pelón, con unos cuantos nopales y cactos.
El sueño de Narciso lo están haciendo posible sus hijos, también maestros de música, sus colegas, entre ellos varias mujeres que enseñan y dirigen orquestas.
Reinó el entusiasmo
Desde dos días antes llegaron niños y jóvenes de varios puntos del estado para ensayar. Los salones fueron usados de dormitorios y se instalaron baños portátiles. La costumbre del tequio hizo posible que se les diera de comer pata con frijoles, arroz y pozole. La gente vive sobre todo del cultivo de la milpa y cada vez menos de la venta de artesanías, de textiles, por la invasión de productos de origen chino piratas, que plagian diseños y se ofrecen a menor precio. La mayor parte de las calles está sin pavimentar y las referencias siguen siendo el árbol, la casa amarilla o más arriba, donde está la piedra.
Del 5 al 17 de octubre se realizaron clínicas musicales para integrantes de la Banda Infantil y Juvenil del Estado de Oaxaca (BIJEO). Todo decantó el domingo con la llegada de Camarena, Alejandra Frausto, directora general de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), autoridades y representantes de las ocho regiones de la entidad. Al ver la importancia de los invitados, las señoras del pueblo fueron por manteles para adornar las mesas en las que después se serviría mole con pollo y arroz, así como tortillas elaboradas con maíz ahí cosechado.
La ceremonia fue emotiva, con palabras entrecortadas y el llanto inevitable de los hijos de Narciso, a un lado del retrato de su padre.
Entre las bandas que participaron están la de Música Tlatulli, de San Sebastián Tutla; la de Música Shan-Dany, de Santa Ana del Valle; la Infantil y Juvenil de Tlaxiaco; de Música Santiago Apóstol, de Ocotlán; Sierra del Canto, de San Juan Bautista, Cuicatlán, y Regional Mujeres del Viento Florido, de Santa María Tlahuitoltepec.
Antes del concierto, un grupo de danzantes realizó una ceremonia prehispánica en la que se pidió permiso a los dioses para inaugurar el centro cultural y desearle buena suerte.
El programa estuvo integrado por composiciones del homenajeado, como Nanchita, Cumbia de la chirimoya, Dulce recuerdo, Inés, Artesanos, Alma, Niña hermosa, Santaella y Quiero un café.
Por si fuera poco, en conjunto las bandas tocaron Dios nunca muere, de Macedonio Alcalá, considerado un tema himno en Oaxaca. Camarena lo interpretó como un regalo de Dios, de la vida.
Para refrescarse, un tejate, bebida de maíz con chocolate. Es tierra santa y nadie se va sin bailar. Varias parejas bailaron y Camarena fue invitado a dar lustre al piso, cubierto con petates.
El tenor dijo: “La música siempre está viva en cualquier lado, en cualquier expresión y estilo. Nos hace vivir. Somos seres rítmicos y en el corazón lo traemos. Este centro fue creado para impulsar el arte de la música y preservar la tradición de la región y del estado. No soy tan conocedor de la música de banda, pero sí de la del maestro Lico. Tuve la oportunidad de conocerlo en el teatro Macedonio Alcalá; sus composiciones son muy pegajosas, jocosas, y adecuadas para la enseñanza en cada uno de los instrumentos.
“En la música de banda no hay estruendo, sino sonido. A diferencia de la de concierto, no se piensa, sino que se siente en las entrañas, en el corazón, y es por eso que tiene esa fuerza, que se percibe en la reacción del público y en la forma en que se interpreta. Para mí haber cantado aquí Dios nunca muere fue un honor. Es un himno. Enseñar música a los niños es de lo mejor. Aquí se ve lo que es posible con la suma de voluntades.”
Deseo de impulsar el arte
Agregó: Esta comunidad tiene el deseo de impulsar el arte a sus hijos. ¡Está increíble! De niño escuchaba de todo. En mi familia no había una cultura musical ortodoxa, por llamarla de alguna manera, y hasta la adolescencia toqué en bandas de rock y en grupos para fiestas. De todo. Comencé a estudiar música de manera formal a los 19 años.
Raúl Lico Ventura, hijo y continuador de la obra de su padre, destacó que el legado no se perderá y ahora menos, con esta escuela que lleva el nombre de Lico Carrillo, quien recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de artes y tradiciones populares en 2013.
El concierto-homenaje fue organizado por el Conaculta, por medio de la Dirección General de Culturas Populares y el Sistema Nacional de Fomento Musical; la Secretaría de las Culturas y las Artes de Oaxaca, y directores, compositores y la BIJEO, más el apoyo, vía tequio, de los pobladores de las ocho regiones. El marco general es el programa Cultura para la Armonía.