Berkasovo.

La crisis de los migrantes se agrava en los Balcanes al continuar el flujo de personas que llegan con miras a acceder a Europa occidental, en medio de un cierre parcial de las fronteras entre Serbia, Eslovenia y Croacia, donde miles se encuentran varados entre lluvias y temperaturas gélidas.

Eslovenia hizo saber que limitaría la entrada de inmigrantes en su territorio a 2 mil 500 por día, en tanto Croacia le solicitó que fueran 5 mil diarios. Debido a estas medidas, se formó un cuello de botella en la frontera serbo-croata, donde alrededor de 10 mil personas quedaron varadas este lunes.

En el lado serbio de la frontera con Croacia, un periodista de la agencia Reuters dijo que no había presencia policial para mantener el orden de los indocumentados y que éstos, cansados y con frío, gritaban: ¡abran la puerta, abran la puerta!

En la localidad serbia de Berkasovo, unos 3 mil migrantes esperaron bajo una intensa lluvia, sentados en el lodo, intentando encender fogatas para calentarse y sin ropa adecuada para el clima, hasta que Croacia accedió a que entraran para unirse a varios centenares de personas que esperan en la frontera para llegar a territorio esloveno.

Las autoridades croatas y eslovenas deben actuar urgentemente y encontrar soluciones eficaces puesto que los centenares de migrantes bloqueados desde el domingo serán alcanzados por otros miles, subrayó Amnistía Internacional (AI).

En Macedonia se registró la llegada de 10 mil refugiados en las últimas 24 horas, mientras en el puerto francés de Calais la cifra de indocumentados subió de 3 mil a 6 mil en pocas semanas, informó la prefecta del departamento del Pas-de-Calais, Fabienne Buccio.

La prefecta atribuyó el hecho al aumento de la seguridad para vigilar el túnel del Canal de la Mancha que une Francia con Reino Unido, el destino que quieren alcanzar los migrantes.

En Alemania, más de 14 mil personas salieron a la calle en la ciudad de Dresde para protestar contra el movimiento islamófobo Patriotas Europeos Contra la Islamización de Occidente (Pegida), que a su vez celebró este lunes de forma multitudinaria su primer aniversario con renovadas fuerzas por la crisis de los refugiados en Europa.

Con los lemas: ¡fuera Merkel! y ¡repatrien a los refugiados!, Pegida concentró a unos 20 mil seguidores, quienes llamaron a la resistencia ante la política de la canciller federal alemana, calificada de dictadora y enterradora de Alemania por el líder del movimiento, Lutz Bachmann.

Unos 14 mil contramanifestantes convocados por partidos, iglesias y organizaciones sociales con el lema: corazón en lugar de instigación, marcharon por la ciudad contra Pegida. La emblemática Semperoper (ópera) de Dresde envió un mensaje contra el racismo en su pantalla electrónica: no somos escenografía para la xenofobia y no somos escenario para la intolerancia.

La ópera y otros edificios apagaron sus luces exteriores para dejar a oscuras a los islamófobos, al tiempo que miles de alemanes inundaron Internet con fotos en repudio a la nueva protesta de Pegida.

Steffen Seibert, vocero de Angela Merkel, recordó las palabras de la canciller en su discurso de Año Nuevo 2015, cuando dijo: no sigan a quienes tienen perjuicios y odio en el corazón, en referencia al grupo islamófobo.

Pero el partido Cristiano Demócrata, al que pertenece Merkel, planea levantar vallas en las fronteras para evitar la crisis de migración que atraviesa Alemania con la llegada de 10 mil inmigrantes por día, publicó el periódico alemán Bild, cuya iniciativa fue apoyada por 188 de 310 diputados del partido.

El primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, señaló que su país no es un campo de concentración y que no acogerá a los refugiados de forma permanente para calmar a la Unión Europea (UE), que quiere que Ankara contribuya a detener la llegada de personas a Europa, a un día de reunirse con Merkel, para tratar la crisis de los refugiados, y añadió que se establecerán mecanismos conjuntos.