Anuncia en Francfort que suspendió al jefe de control de calidad
Miércoles 21 de octubre de 2015, p. 27
Francfort.
Volkswagen (VW) tiene ahora abiertos varios frentes judiciales en todo el mundo por la manipulación de un software que reduce tramposamente las emisiones de diésel de 11 millones de coches. La denuncia de la autoridad medioambiental de Estados Unidos, que dio origen al caso, podría acarrear una multa de 16 mil millones de euros para la compañía, si finalmente es juzgada y declarada culpable. Sin embargo, no es la única investigación a la que el fabricante se someterá en Estados Unidos. Una de las primeras demandas judiciales la presentó el fabricante automotriz alemán Audi, filial de VW, ante la fiscalía de Ingolstadt.
Con ello queremos apoyar el proceso para esclarecer lo sucedido
, explicó un portavoz de la automotriz de coches de lujo. La empresa trabaja estrechamente con las autoridades que investigan el escándalo, agregó. No toleraremos ninguna práctica que vulnere el derecho vigente o valores fundamentales
, declaró el portavoz.
En Francfort trascendió que VW suspendió a Frank Tuch, jefe de control de calidad.
Salió a la luz que la fiscalía de Ingolstadt está analizando si se puede abrir una causa contra Audi. Analizamos todos los hechos para poder decidir si se abren diligencias contra la marca Audi
, informó el fiscal superior, Wolfram Herrle, al grupo mediático alemán Funke. Hay 2.1 millones de vehículos Audi con uno de los motores tipo EA 189.
Otras probables demandas que enfrentará la armadora alemana serían en Francia, donde la fiscalía de París abrió una investigación por fraude, además de Estados Unidos, Alemania, Italia, Corea del Sur, Noruega y Suiza.
A finales de septiembre Michael Horn, presidente del consejo ejecutivo de la compañía, quien tomó las riendas en lugar e Martin Witerkorn, declaró: pagaremos lo que tengamos que pagar
.
La crisis que envuelve a Volkswagen se intensificó luego de que la empresa emitió una advertencia sobre su pronóstico de ganancias después de la impactante admisión de que al menos 500 mil de sus 11 millones de vehículos diésel contenían un software que está en el centro de un escándalo.
La empresa reservó 6 mil 500 millones de euros (7 mil 300 millones de dólares) para cubrir costos de servicio y otros gastos derivados del escándalo, que ha empañado la reputación de fiabilidad de la armadora.