Miércoles 21 de octubre de 2015, p. 33
Cancún, QR.
Una década después de que el huracán Wilma devastó las costas quintanarroenses, sigue siendo el desastre natural más costoso en la historia de México (mil 752 millones de dólares), por lo que habitantes y autoridades del estado han adoptado nuevas medidas de prevención.
El 21 de octubre de 2005 el fenómeno meteorológico tocó tierra con vientos de 280 kilómetros por hora, lo que dejó un millón de damnificados en México, así como cuatro víctimas mortales. En Haití dejó 12 muertos; en Cuba, cuatro; en Bahamas, una, y en Estados Unidos, 31.
Fue el primer ciclón en la historia nombrado con la letra W y el tercero en gestarse en un mes de octubre, así como el más intenso en el océano Atlántico. En sólo 24 horas pasó de categoría 2 a 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson.
En una década, Quintana Roo ha desarrollado medidas de prevención, capacidad de respuesta y de comunicación.
Se creó el Sistema Estatal de Localización de Turistas, una plataforma digital para ubicar a quienes son sorprendidos por una tormenta.
Wilma fue la tormenta tropical 21 y el huracán número 12 de la temporada en el Atlántico en 2005. Más de 70 mil turistas estaban en riesgo y la rapidez con que evolucionó impidió desalojarlos a tiempo.
El huracán se llevó hasta la arena de las playas, destruyó muelles y hoteles, arrancó árboles, arrasó postes y todo tipo de estructuras a su paso y afectó más de 800 mil hectáreas de selva. La población quedó a oscuras porque más de 4 mil postes fueron derribados.
Lo que el mar se llevó
Wilma ocasionó la pérdida de entre 4.5 millones y 6 millones de metros cúbicos de arena en una franja de 11.6 kilómetros. Los gobiernos federal y estatal invirtieron casi mil millones de pesos para colocar unos 9.4 millones de metros cúbicos.
Hoy, más de 85 por ciento de compañías de la entidad tiene seguro, sobre todo las que se ubican en los balnearios.