Los delegados del noveno congreso de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA) acordaron acabar con las políticas públicas que pervierten, degradan y corrompen a los campesinos, y pugnar por la aprobación de una ley antimonopolio para inhibir las ganancias de las grandes empresas agroalimentarias.

En el encuentro que se llevó a cabo en la ciudad de México, los 600 delegados de 24 estados del medio centenar de agrupaciones que conforman la CNPA se comprometieron a trabajar para reconstruir el tejido social destruido por el desinterés gubernamental y el crecimiento de la delincuencia organizada.

José Narro Céspedes, de la dirección colectiva de la organización, apuntó que el encuentro también servirá para definir la estrategia que impulsarán para acabar con la dependencia de millones de campesinos de programas sociales, los cuales están hechos para generar una cultura del sometimiento. No es posible que 90 por ciento de los productores reciban sólo 10 por ciento del presupuesto a pesar de contribuir a la producción de alimentos del país.

Refirió que entre las exigencias permanentes de la CNPA está la creación de una comercializadora gubernamental para que adquiera la producción de los agricultores pobres, les garantice buenos precios y los libere del acoso de los coyotes y monopolios. También por el acceso a créditos baratos, libres de tramitología.

Carlos Ramos, también de la dirigencia colectiva, pidió a los delegados analizar si hay interés de la agrupación en actuar unitariamente con el movimiento urbano popular, estudiantil y los sindicatos, así como desempeñarse con dignidad, desplegar imaginación, esforzarse y mostrar voluntad para cambiar al sector rural, pues no estamos dormidos ni haciéndole al pendejo.