Otra (pequeña) herencia maldita
n nuevo conflicto con el aguerrido sector normalista de la entidad se perfila como uno de los primeros baches que deberá sortear el gobierno recién estrenado de Héctor Astudillo Flores.
Este miércoles marcharon en Chilpancingo unos 300 estudiantes agrupados en el Frente Unido de Normales Públicas del Estado de Guerrero (Funpeg) para exigir que la Secretaría de Educación estatal cumpla el acuerdo que aceptó –afirman– el ex gobernador Rogelio Ortega Martínez, de admitir en esas escuelas el ingreso de aspirantes con calificación promedio de 6, coloquialmente llamado panzazo.
Es –parafraseando al propio Ortega– otra herencia maldita, ésta dejada por él, que ahora tendrán que resolver Astudillo y su equipo.
No es sólo que los manifestantes afirmen que el anterior mandatario aceptó sus condiciones, sino que así tuvo que haber sido pues, dicen, unos 150 jóvenes que ya estudian en escuelas normales públicas están en riesgo de causar baja porque, para pasar al segundo semestre de la carrera ahora deben probar que tenían un promedio mínimo de 8. Y ellos ingresaron con uno más bajo, el mismo que reitera la convocatoria de la SEG para el nuevo ingreso.
En primer lugar, hay que hacer notar que quien haya autorizado el ingreso de jóvenes con el promedio mínimo aprobatorio a las normales cometió una irresponsabilidad, de las muchas que ha habido en el sector para darle la vuelta a algún problema.
En su mensaje a la comunidad, poco después de asumir el cargo de gobernador, Astudillo recordó que en los últimos años fue una práctica perversa responder a la protesta social con gasto, prebendas y privilegios
. Aceptar una demanda tan retrógrada como el ingreso de alumnos con promedios mínimos aprobatorios a las escuelas normales, donde, se supone, se forman profesionalmente quienes forjarán a las nuevas generaciones de ciudadanos de este estado tan necesitado de mejoras, habría sido responder a la protesta social con privilegios.
No haber tenido margen de maniobra política no exime de responsabilidad al ahora ex gobernador.
Ahora habrá que ver cómo resuelve este problema el nuevo mandatario, respaldado por la Federación.