El Cairo.

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) afirmó este miércoles que derribó con una bomba oculta en una lata de refresco el avión ruso que se estrelló el pasado 31 de octubre en la península del Sinaí, en momentos en que el presidente sirio Bashar al Assad dijo que su país no es semillero del EI, cuya creación, a su juicio, es responsabilidad de Occidente.

En la más reciente edición de la revista online Dabiq, medio informativo del EI, se mostró la imagen de una bomba que, según el grupo, era igual a la que introdujo en el avión ruso que se estrelló en el pasado 31 de octubre que provocó la muerte de las 224 personas que iban a bordo.

Dabiq explicó que el EI burló la seguridad del aeropuerto de Sharm el Sheij disimulando el explosivo dentro de una lata de refresco.

En tanto, el grupo afirmó haber ejecutado a un chino y un noruego a quienes mantenía en rehenes. Dijo que ambos cautivos fueron abandonados por sus países y mostró fotografías de los cadáveres.

De su lado, Al Assad dijo a la televisión de siria Rai que el Daesh (acrónimo árabe de EI) no tiene una incubadora natural ni social en Siria. Los yihadistas que se entrenaron en terreno sirio para perpetrar los atentados de París lo hicieron con el apoyo de los turcos, los sauditas y los qataríes, y por supuesto, con el de la política occidental que apoyó a los terroristas de formas diferentes desde que arrancó la crisis, aseveró, al aludir a la guerra iniciada en su país hace más de cuatro años.

Y mientras el Pentágono descartó una coordinación con Rusia en la ofensiva bélica contra el EI, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, reportó que los bombardeos de cazas franceses y rusos de los tres últimos días provocaron la muerte de 33 combatientes.

El diario británico The Independent informó que el EI impide a los civiles huir de la localidad luego de tres días de feroces bombardeos, y que como medida de presión recurre a la tortura y asesinato de los ciudadanos.

El EI incluso intenta suspender todos los servicios de Internet e inhabilitar las conexiones vía satélite con el fin de que ninguna información salga de la ciudad.