Partidario de reformar la Constitución para volver a permitir a los partidos políticos adquirir tiempos en radio y televisión, el consejero Benito Nacif planteó que no es malo ni es socialmente indeseable que las televisoras hagan negocio mientras sea legítimo.

Si bien no está a favor de limitar la aparición de determinados personajes en los espots políticos, el presidente del Comité de Radio y Televisión del Instituto Nacional Electoral (INE) respaldó la propuesta del líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, de revisar el modelo de comunicación política.

El consejero electoral señaló que eso le convendría a partidos de reciente creación, como Morena.

En el pasado proceso electoral Morena tenía un volumen de tiempo muy acotado y no podía utilizar recursos para incrementarlo, porque está prohibida la contratación. Esto abriría la puerta para que hubiese forma de compensar, eso si los partidos deciden utilizar sus recursos para tener mayor presencia en televisión y en radio.

Sin volver al pasado

Propuso que la contratación se haga a través del INE, establecer topes de gastos en radio televisión y transparentar las transacciones sin volver simplemente al pasado.

Resaltó que la decisión tomada en 2007 de prohibir la contratación de espacios en radio y televisión no es un fin en sí mismo, sino que se puso como un medio para llegar a otra meta.

Uno es que al prohibir la compraventa también impides una influencia desmedida del dinero en las campañas electorales, que era el objetivo principal, y el otro era cuidar la equidad de la contienda, indicó el integrante del INE.

Aseguró que se puede evitar una influencia desmedida del dinero en las campañas electorales y promover la equidad sin que exista una prohibición absoluta de contratación ni volver simplemente al pasado.

–Pero se abriría la puerta al negociazo de las televisoras otra vez.

–Si lo acotas, lo regulas, si garantizas la transparencia y lo que te están vendiendo, que es lo que realmente necesitas, y te sirve para tener mayor equidad, creo que el hecho de se haga negocio en sí mismo no debe ser una razón para no conseguir esos propósitos. No es malo ni es socialmente indeseable que alguien haga un negocio mientras sea legítimo. Y éste lo es.