Con un costo de 100 millones de pesos, la Secretaría de Obras y Servicios construye domos o velarías e instala o rehabilita bebederos en 100 escuelas primarias incorporadas al programa SaludArte.

Se trata, explicó César Guerrero Puente, director general de Obras Públicas de la dependencia capitalina, de que sus 41 mil alumnos no estén expuestos de manera directa a los rayos ultravioletas del sol, responsables de más de la mitad de los casos de cáncer de piel en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

En la ciudad de México, sin embargo, la gran mayoría de los inmuebles de educación básica cuentan con espacios al aire libre, donde los estudiantes realizan actividades cívicas, deportivas y recreativas en condiciones de alta exposición solar, señaló.

En un recorrido por la escuela primaria General de División Marciano González, ubicada en la delegación Coyoacán, Guerrero Puente admitió que estos trabajos no lucen para los reflectores, pero su beneficio social es muy extenso en los niños, sus familias y el sector salud.

La coordinación con las autoridades federales ha sido estrecha, no sólo en la entrega de permisos para la intervención de los planteles, sino en la realización del proyecto, ya que aceptaron incorporar cortinas en la estructura para dotar de un espacio de privacidad a los niños que se quedan a comer o realizar otras actividades, comentó.

Hoy, precisó, se atienden 77 escuelas, en las que se tiene un avance de 60 por ciento, y a fin de año se concluirá con las cien programadas, aunque existen 2 mil 800 planteles en la ciudad.

Los trabajos llevan seis semanas entre el levantamiento topográfico, estudios para determinar el espacio a cubrir y el tamaño de la velaría o membrana arquitectónica; excavación y cimentación del terreno para colocar acero de refuerzo y cimbrado del área con concreto hidráulico.

Una vez construidos los cimientos, se monta la estructura metálica sobre los dados de concreto armado y reforzado, y los postes que sostendrán la velaría, cuyo tamaño varía de acuerdo con el tamaño del patio a cubrir. La más grande que ha sido colocada mide 10 por 18 metros.

Dichas membranas, explicó, son de poliéster y tienen alta resistencia a las inclemencias del tiempo y al fuego, además de no sufrir daños por esfuerzos de tensión, lo que prolonga su tiempo de vida útil hasta por 10 años.

Tras concluir los trabajos, la respuesta del personal de la escuela y las familias es de satisfacción, porque se dignifica, de alguna forma, a los espacios, y se queda con una infraestructura durante la vida de la institución y en beneficio de los propios niños, destacó.

Por otra parte, informó que se rehabilitan 85 bebederos de agua potable que necesitan mantenimiento para su óptimo funcionamiento, y se colocarán 15 nuevos en igual número de planteles que no cuentan con esta infraestructura, registrándose un avance de 25 por ciento.

Mencionó que los trabajos incluyen la renovación de filtros de llaves y grifos, instalaciones hidráulicas y eléctricas, y mantenimiento de tinacos y cisternas, con la finalidad de que los alumnos y el personal docente cuenten con agua potable en sus instalaciones.