Sábado 28 de noviembre de 2015, p. 3
En Paseo de la Reforma están los hoteles y restaurantes más lujosos, los monumentos, el Bosque de Chapultpec y sus museos, el Auditorio Nacional, y a unos metros la residencia oficial de Los Pinos. Y en medio de todo eso hay 43 retratos colgados de postes y árboles.
Abajo, en la banqueta, están cuatro carpas de plástico donde durmieron anoche y antenoche los papás y mamás de los normalistas de Ayotzinapa que de-saparecieron hace 14 meses. No estamos aquí por gusto. Sólo pedimos que el gobierno nos cumpla, que nos diga que las investigaciones van a seguir a la voz de ya
, dice Melitón Ortega, uno de los voceros de los padres.
Los acompañan representantes de la CNTE, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, del Sindicato de Telefonistas y unos 200 policías que están ahí para vigilarlos. La comida se sirve a las 14:30 horas, el frío se combate con cobijas donadas y el café se calienta con leña de los árboles de la ciudad. En este sitio los papás están dispuestos a quedarse hasta que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, les diga en persona cuándo se reanuda la búsqueda de sus hijos.
A unos metros de plantón, bajando de la acera, miles de autos pasan hora tras hora y sólo algunos conductores tocan el claxon con un ritmo que hace saber que apoyan a los papás o que al menos se dieron cuenta de que están aquí. Los paseantes que van en el Turibús apuntan sus cámaras a las tiendas del campamento de la dignidad, como lo llaman sus habitantes temporales. Aunque ni ellos saben qué tan temporal será su estancia. Si nos dice que nos recibe hoy, hoy vamos, pero si pasan semanas sin que nos reciban, aquí vamos a estar
, sostiene Ortega.
Las tiendas no están bien equipadas. Sobre unas tarimas los manifestantes ponen sus pertenencias, acomodan cobijas, algunos cojines y ahí pasan la noche. Hay privaciones, pero veníamos dispuestos a dormir a la intemperie si era necesario, pero las organizaciones que nos apoyan consiguieron las carpas
, cuenta uno de los familiares de un normalista desaparecido.
Las integrantes de esas organizaciones solidarias son también quienes se turnan para traer comida. El menú de ayer fue pollo con verdolagas y agua de jamaica, cortesía del Congreso Popular. Hoy le toca al Stunam cocinar. También hay gente que apoya con otros de los gastos de manutención. Para lo que ya no alcanzó, dice Melitón Ortega, fue para poner unos baños, así que los manifestantes caminan unos pasos al Metro para atender esa necesidad.
Mujeres y hombres del Frente Popular Francisco Villa hacen las veces de guardias de seguridad, labor en la que alguien los relevará. El jefe de la policía del DF informó que en la operación de vigilancia están involucrados 600 agentes y que estarán aquí día y noche hasta que el campamento sea retirado.
No a todos se puede ver desde el campamento, pero a unos 100 metros hacia cada punto cardinal hay contingentes de granaderos.
Ojalá que no estuvieran, pues intimidan a los ciudadanos que quieren visitar a los papás. Nosotros no vamos a cerrar la avenida, no queremos afectar a nadie, así que no hace falta que haya tanto policía aquí. Contra la ciudadanía no tenemos nada. Sólo queremos que Osorio se siente con nosotros y nos dé una solución
, asegura don Melitón.