La coreógrafa Cecilia Appleton recibirá mañana la Medalla de Bellas Artes
Falta reconocer que el bailarín no es un robot ni un cuerpo que se desecha
La presea es un reconocimiento a las dificultades que tenemos los artistas independientes, expresó
Lunes 30 de noviembre de 2015, p. a10
La coreógrafa Cecilia Appleton, quien ya ocupa un lugar en la historia de la danza independiente con su compañía Contradanza, recibirá mañana la Medalla de Bellas Artes, máxima distinción que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.
Cecilia Appleton (ciudad de México, 1958) empezó su carrera profesional en 1980 en el Centro Superior de Coreografía; ha compartido escenario con Laura Rocha, Raúl Parrao, Gabriela Medina, Cecilia Múzquiz y Andrea Gabilondo.
Con una trayectoria de 35 años en la danza, la coreógrafa asegura que el arte le ha permitido definirse, porque al crear una obra no sólo trabaja con la técnica, sino con la sensibilidad; sin embargo, reconoce que los jóvenes bailarines en ocasiones llegan con mucha técnica, pero no encuentra en ellos un trabajo ligado a la emoción, a la expresión humana.
Muchas veces, con la distancia de generaciones, me ven mucho como maestra y no como ser humano que se busca a sí mismo. Podemos trabajar cada uno como individuo no sólo a partir de lo técnico; necesitamos intervalos entre una obra y otra para intercambiar puntos de vista
, explica la directora de Contradanza.
La bailarina, quien se han mantenido en el mundo del baile a pesar de las múltiples lesiones que ha padecido, considera que la danza contemporánea está ligada a un mercado, al virtuosismo que le gusta ver a la gente.
Pero muchas veces hay expresiones en el cuerpo que no tienen que ver con lastimarte o exigirte, sino con estar presente, con un cuerpo expresivo. Falta reconocer que el bailarín no es un robot ni un cuerpo que se desecha. El bailarín es un ser humano que aprende de la disciplina, lo cual no significa que olvide quién es.
En entrevista con La Jornada, Appleton señala que la Medalla de Bellas Artes es un reconocimiento a la danza independiente, de la cual forma parte: Es un premio que comparto con todos mis colegas con los que he colaborado en mi trayectoria y que están en la misma batalla de la danza. Esto me llena de felicidad, porque finalmente se reconocen las dificultades que tenemos los artistas independientes
.
La coreógrafa, directora de Contradanza desde hace 32 años, galardonada con el Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón este año, considera que aún falta mucho por hacer en favor de su arte, pues le preocupa lo que está sucediendo en el aspecto comercial y en las redes sociales.
La danza es un trabajo de experimentación, de ahondar en lo que queremos decir. Hay rebeldía artística y espiritual; es preguntarnos por qué hay cosas que sí se pueden hacer en escena o sobre la necesidad de que el bailarín no sólo se exprese con el cuerpo, sino con sonidos, relacionarse con objetos.
Apuesta a la originalidad
Al referirse al panorama dancístico, Appleton confiesa que le preocupan los estereotipos que existen sobre la danza, ya que la estética de muchos creadores mexicanos está ligada a figuras europeas.
Me preocupa la originalidad en los bailarines mexicanos, por pensar en estereotipos europeos, por mirar lo que hacen otros países. Se trata de tomar en cuenta nuestro origen y raíces.
Cecilia Appleton adelantó que el próximo año estrenará dos obras: un dueto sobre los territorios que habitan un hombre y una mujer como pareja, y otra pieza en la que participarán 10 bailarines, en la cual explora lo que implica la muerte de un ser querido.
La coreógrafa y bailarina recibirá la Medalla de Bellas Artes este martes a las 20 horas en el Teatro de la Danza del Cenart (Río Churubusco y Tlalpan) durante la función especial de la La danza de los cisnes, obra inspirada en los cuentos de hadas infantiles y en los mitos de la escritora Clarisa Pinkola.