La escritora quedó varada y no llegó a la presentación de su libro La cabellera andante
Miércoles 2 de diciembre de 2015, p. 4
Guadalajara, Jal.
Los aviones jalaron los rizos de Margo Glantz y, en la escala de Sudamérica a Guadalajara en el aeropuerto de la ciudad de México, quedó varada y no pudo llegar a su cita en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde presentaron su libro La cabellera andante, calificado de interdisciplinario, intercultural e intergenérico, fragmentario en su unidad.
Cientos de lectores la aguardaban, al igual que quienes la acompañarían en el foro, Verónica Gerber Bicecci y Brenda Lozano, quienes lamentaron que no se viera un pelo de la invitada principal. Sin embargo, hicieron una disección del caleidoscopio de letras que Glantz realizó a partir de un tema aparentemente trivial: el cabello.
A lo Glantz, el libro es un ensayo que hace un recorrido sobre el cabello en la cultura y en la literatura, las revistas y la moda, un sendero que recorre desde los tiempos bíblicos hasta el furor de Vogue.
“La estructura del libro está basada en la idea de si el orden de los factores altera el producto; me parece que esos fragmentos están trenzados entre la idea de cortar el pelo, lo que significa cortárselo, cortar la cabeza –hay muchos fragmentos que tienen que ver con la guillotina, los verdudos– y cómo cortar el texto”, dijo Gerber.
Agregó que se trata de un libro andrógino como género literario
, con apropiaciones que vienen de Hollywood, de una literatura de otro siglo, de manuales de belleza antiguos, todo desdibujado y vuelto a trenzar con su propia voz.
Aunque la autora va del pelo rizado a los bigotes, de las colas de caballo al pelambre de King Kong, para Gerber ese libro es un ejemplo de coherencia, del perfecto enlace, como una trenza bien hecha.
De Calderón de la Barca a Vogue
Brenda Lozano recordó que la frase final del libro (en esta escena las muchachas deberán peinar voluptuosamente su cabellera
) no reordena ni vuelve a contar, sino que se convierte en un cierre perfecto que a ella y a muchas mujeres seguramente las hizo sonreír tras el recorrido histórico por todas sus páginas.
“En esa lógica empieza por Calderón de la Barca y continúa con Quevedo, Dalí, la revista Vogue, Tirso de Molina, por ella misma, por Cleopatra y claro por Sor Juana”, dijo.
Lozano se manifestó identificada con ese sentido literario del ensayo, porque la hizo emocionarse, encontrarse e inspirarse no sólo por el contenido sino porque yo también tengo, como podrán ver, una cabellera abundante
.
También dijo que Glantz deja muy claro que el cabello ha representado escenarios subversivos, contestatarios, como el caso de punks y hippies, dos posturas políticas que se ven desde lo largo o la forma de peinarse
.
Romeo Tello, de Random House, dijo que existe cierta relación de estructura y de tono, aunque no tanto de tema, pese a que el cabello hila toda la trama.
Es un tono muy íntimo y atento a los detalles; este libro va de un registro a otro, de lo muy académico a textos del Talmud y revistas de moda
, consideró.
Habló del sentido andrógino y más allá de género que la obra subraya, pues si el pelo está en cuerpo y cara tiene significado viril; si se concentra encima de la cabeza es un símbolo femenino
.