Bagdad.

Miles de personas, en su mayoría milicianos chiítas paramilitares, se manifestaron ayer en el centro de Bagdad para pedir que Turquía retire las tropas que desplegó la semana pasada en el norte de Irak. En Siria, el Estado Islámico (EI) reivindicó un atentado con bomba que, según medios de información, dejó 16 muertos en la ciudad de Homs; sin embargo, el grupo afirma que fueron 25.

Irak perdió la paciencia, expresó uno de los manifestantes y comandante de una unidad paramilitar estacionada en la región de Bagdad, Alí Rubaie, quien lamentó que el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, no haya actuado inmediatamente y con puño de hierro contra la presencia de tropas turcas.

Turquía desplegó hace una semana a cientos de soldados en la zona de Bashiqa, norte de Irak, para entrenar a milicianos kurdos en la lucha contra la organización yihadista. El gobierno de Irak reaccionó airadamente y apremió a Ankara a retirar esas fuerzas. Irak ha amenazado a Turquía con llevar el caso ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, pues, dijo, esas tropas entraron en territorio iraquí sin permiso.

En su cuenta de Twitter, mientras tanto, el EI declaró: Uno de nuestros combatientes y atacantes suicidas, Abu Mohammed al Homsi, logró estacionar el cochebomba en el centro del barrio de Al Zahraa, mató a 25 personas e hirió a 70. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, dijo antes que el ataque había dejado el menos 16 decesos.