El compositor, fotógrafo y cineasta británico Michael Nyman (Londres, 1944) termina el año lleno de proyectos.

Hace unos días, el primero de diciembre, estrenó en Miami una sinfonía que le fue comisionada por el hotelero argentino Alan Faena, quien ha transformado un vecindario descuidado y creado una nueva fachada para el hotel Saxony, construido en 1948.

El proyecto incluye un centro para las artes, Faena Forum, diseñado por Rem Koolhaas y OMA, así como residencias a cargo de Foster + Partners. Es la primera vez que el pianista participa en una iniciativa de tal naturaleza.

Nyman profesa especial pasión por el cineasta soviético Dziga Vertov (1886-1954), autor de obras experimentales como El hombre de la cámara (1929).

Y como en 2016 se cumplirán 120 años del nacimiento de Vertov, el compositor pretende escribir una ópera que “conmemore ese hito y su vida, para ser presentada con la película Nyman con una cámara de cine (2010)”, expresa a La Jornada.

Esa cinta es una reconstrucción plano por plano de la película de Vertov, en la que se han sustituido las secuencias originales por materiales de archivo filmados durante las dos recientes décadas, y por la cual compuso en 2003 una banda sonora.

Desde 2008 ha editado con frecuencia la cinta para llegar a la versión que se presenta en la galería Le Laboratoire, como parte de la muestra México-Odesa, que cerró el pasado 5 de diciembre.

Así tendría una representación en pantalla de un Vertov contemporáneo, pues considera que éste se habría emocionado mucho con la tecnología digital y este concepto de edición no destructiva.

Para la ópera, Nyman emplearía la pista sonora instrumental de acompañamiento a las voces que presentarían tal vez una parte de la vida de Vertov, así como sus textos, porque escribió sobre arte y política, cine y política, cine y las artes visuales.

También trabaja en un proyecto maya, un filme del estilo de War work, que se tocará en Yucatán en enero próximo, entre otras propuestas que anunciará en 2016.

Participa en exposición colectiva

Nyman no se olvida de su idea de persuadir a los custodios de la ciudad de México y las instituciones culturales de concluir la restauración del cine Ópera, con la finalidad de utilizarlo como un espacio de conciertos, adicional al Teatro de Bellas Artes. Al haber iniciado ese proceso por medio de una exposición que presenté hace cuatro años en el Museo Universitario del Chopo, me gustaría persuadir a las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes de comenzar la reconstrucción del interior de ese cine.

Respecto de su ojo fotográfico, expresa que éste a veces es atraído por lo angular, lo simétrico y la representación del borde duro, en vez de la suavidad del surrealismo. Supongo que pasa lo mismo con el gesto musical, aunque éste puede ser malinterpretado, reinterpretado o sobreinterpretado de muchas maneras que no lo puede ser una imagen visual. Por eso me gusta dividir la combinación de lo específico y lo maleable en la percepción de una pieza de música.

Para Nyman hay muchas ventajas de ser un artista doble, con una vida doble, y utilizar tanto el ojo en el aire y la mano para crear música en la partitura y ejecutarla en tu momento.

Nyman participa en la muestra colectiva Lo bello del desierto es que en algún lugar esconde un pozo, inaugurada el pasado martes en Le Laboratoire (Vicente Suárez 69, interior 2, colonia Condesa).