a ciudad de México solía considerarse un santuario
para muchos periodistas o activistas que huían de sus entidades bajo amenaza del narcotráfico y del crimen organizado. Para quienes venían de entidades como Guerrero, Sinaloa, Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas o Veracruz, la capital del país, a pesar de su gran tamaño, era un lugar relativamente tranquilo y seguro.
Pero de unos meses a la fecha las cosas están cambiando, la aparente seguridad de la capital del país ya no lo es tanto, los casos de homicidios dolosos crecieron 15 por ciento en los primeros seis meses de 2015, comparado con el mismo periodo del año anterior, y 28 por ciento respecto de hace 10 años, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (http://bit.ly/1QYQZRt).
Los parámetros de la seguridad pública de la ciudad de México se fueron transformando, los primeros en notar los cambios fueron los desplazados o exiliados de regiones gravemente lastimadas por el narco, que llegaron a la capital del país con la esperanza de encontrar paz y tranquilidad. Ellos fueron testigos de cómo fue el inicio en Ciudad Juárez o Gómez Palacio, por ejemplo; conocen los indicios porque los sufrieron, tanto que transformó su vida, entonces señalan que el Distrito Federal se está narcotizando
.
La prensa internacional ha centrado su mirada en los hechos violentos que cada vez con mayor frecuencia ocurren en la capital de México, independientemente del caso Heaven, el multihomicidio de cinco personas en una colonia considerada tranquila, como la Narvarte fue determinante, pues se trataba de un caso de alto perfil ya que entre las víctimas se encontraban un fotoperiodista y una activista provenientes de Veracruz, además se supo que los cuerpos de las víctimas presentaban huellas de tortura, sello característico del crimen organizado (http://bit.ly/1Y3wHtp).
Santiago Roel, fundador de Semáforo Delictivo, agrega que un caso al que se debe poner especial atención es el DF, donde se tiene foco rojo en homicidios en el mes de noviembre (por séptimo mes consecutivo), secuestro, robo a negocios y violación. El gobierno debe preocuparse y actuar, si es que aún no lo está haciendo, porque así nos pasó en Nuevo León, hasta que tuvimos el problemón encima
, advierte al recordar la crisis de inseguridad que vivió la entidad entre 2010 y 2011 (http://semaforo.com.mx/).
Los gobiernos de Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia e Italia han dado cuenta de la violencia creciente en la ciudad de México, por ello han alertado a sus ciudadanos de que se abstengan de visitar ciertas zonas de la capital como el Centro Histórico, Tepito, la colonia Doctores, La Lagunilla y las delegaciones Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, sitios considerados focos rojos. Por ejemplo: http://1.usa.gov/1IrsMDe.
Precisamente en Tepito, recientemente se dio un nuevo hecho de homicidio cuando se pretendía realizar el cobro de derecho de piso por parte de supuestos miembros de la banda de narcomenudistas conocida como La Unión Tepito. Comerciantes de la zona han denunciado que son víctimas de este tipo de extorsiones desde 2010, sin que hasta la fecha, como es evidente, se haya podido controlar este delito por parte de las autoridades correspondientes.
Los asaltos masivos en restaurantes del perímetro Roma-Condesa son cada vez más frecuentes, en los dos últimos meses se han presentado al menos tres incidentes, el último tuvo como resultado una balacera que se desató en calles de la colonia Condesa; cuando la policía capitalina trataba de detener a los responsables, vecinos de la zona reaccionaron aterrados desahogándose en las redes sociales. Pero cuando los vecinos de la Condesa apenas se estaban recuperando de la balacera, en un hecho sin precedente, un comando de al menos 30 individuos asaltó el edificio de departamentos ubicado en el número 25 de la calle Ámsterdam.
En la ciudad de México nunca antes se habían presentado este tipo de sucesos, no eran comunes las ejecuciones, los asaltos masivos por comandos, las balaceras en colonias residenciales como la Roma y la Condesa, los narcomensajes, los colgados, los entambados, las extorsiones y el cobro de derecho de piso; este tipo de escenas, propias de los peores años de la guerra contra el narcotráfico en el triángulo dorado, Ciudad Juárez, Monterrey o Tamaulipas, simplemente no eran habituales en esta ciudad.
Otro ejemplo de la presencia del crimen organizado en la ciudad lo tenemos con los enfrentamientos entre elementos de la Procuraduría General de Justicia del DF y una célula del cártel de los Guerreros Unidos, en las últimas semanas, donde se ha logrado detener a ocho presuntos delincuentes, decomisando cocaína, mariguana, armas e insignias falsas de la Policía Federal.
Los capitalinos y los habitantes del resto del país tenían la percepción de que el DF era un lugar seguro, realidad
que de cierto modo también era alimentada por las autoridades locales, quienes hasta el momento siguen negando la presencia del crimen organizado en la capital pese a las recurrentes evidencias; no obstante, ha llegado el punto de que este discurso político es insostenible. La ciudadanía está exigiendo una reacción responsable y enérgica. Una que sí dé resultados.
* Analista en temas de seguridad, justicia, política y educación.
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