on marchas y plantones modulados por el ambiente de inseguridad posterior al 13/11, en medio de arrestos domiciliarios, criminalizando la protesta y, eso sí, con expresiones de alta creatividad en rechazo a la desfachatez y desfase entre el secuestro corporativo de la COP21 y las graves advertencias de la comunidad científica sobre el desbordado calentamiento global en curso, con miles de desobedientes exigiendo justicia climática para los millones del mundo, es necesario preguntar ¿por qué la Ciudad Luz que albergó la COP21 fue mutada en sangriento teatro de la guerra global antiterrorista desplegada, con vocación inquisitorial, por Estados Unidos? Es un hecho significativo que las transacciones entre cabilderos y sus clientes ocurrieron en medio de una ley marcial que operó bajo principios y mecanismos de la homeland security.
¿Por qué inhibir la gran marcha de más de 200 mil asistentes, esperados el 30 de noviembre, para así marcar el arranque de esta crucial COP que, dijo James Hansen, eminente e histórico climatólogo, luego de su desenlace, resultó una farsa
? ¿Fue porque ya desde la Cumbre Climática Mundial de los Pueblos, Tiquipaya, Bolivia (Octubre 10-12, 2015) 3 mil indígenas, campesinos y ambientalistas de 40 países plantearon construir una gran alianza de los pueblos del sur con los pueblos del norte que podría expresarse en las calles parisinas, para lanzar un gran movimiento mundial
ante la lamentable captura corporativa de las COP, que inhibe, hasta ahora, todo freno al colapso climático en curso, un asalto atmosférico de las grandes corporaciones que infiltran su afán de lucro en la dinámica estatal y de las COP0? Son monopolios registrados y regulados por países centrales que, de espaldas a la ciencia, se niegan a la justicia climática y a la reducción drástica y vinculante de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) pero gastan en la OTAN más de 9OO mil millones de dólares que, dijo Evo Morales el 10 de octubre, usan para intervenir países so pretexto de terrorismo
, en pos de sus recursos.
Desde la revolución industrial se dio un aumento de 1ºC y ya hemos visto amplios impactos de consecuencia real para la gente
, dijo Chris Field, climatólogo de la universidad Stanford (The Guardian, 10/10/15) y advirtió que debemos esforzarnos por limitar cualquier aumento, lo más abajo de los 2º C que sea posible. Sin embargo esto requiere un nivel de entusiasmo que todavía no vemos
, en referencia a que los compromisos voluntarios de los países para la reducción de GEI registrados hasta el primero de octubre (fecha límite) son insuficientes y no vinculantes. Sin mecanismos efectivos, la COP21 quedó lejos de los niveles necesarios para evitar aumentos de temperatura con efectos catastróficos sobre la producción alimentaria, acidificación oceánica, sequías, desertificación, reservas de agua y el derretimiento de polos y glaciares, con las correspondientes alzas en los niveles marítimos.
Hansen et al estiman que sin recortes drásticos en los GEI
, se observarán alzas de cinco metros
en esos niveles en un plazo tan corto como la segunda mitad de este siglo, inundando muchas ciudades del mundo, incluidos Londres, Nueva York, Miami, Shanghai
. Más de la mitad de las ciudades del mundo están en riesgo
. En entrevista agrega: Si usted habla con los glaciólogos en privado le dirán que están muy preocupados ya que estamos acumulando mucho más aumentos significativos en los niveles oceánicos de lo que nos dicen los modelos sobre plataformas de hielo
. Los costos del “seguir como vamos” son incalculables. Y remata: estamos hablando de cientos de millones de refugiados de lugares como Paquistán y China. No podemos permitir que esto ocurra. La civilización se construyó y estructuró a base de líneas costeras estables y constantes
.
Kevin Anderson, del Centro de Investigación Tindall sobre el clima y profesor de energía de la Universidad Manchester, advirtió, en entrevista con Amy Goodman (democracynow.org/es) que con compromisos voluntarios vamos a los “3º o 4º C de temperatura, algo de por sí inmenso
como promedio mundial
, pero en el planeta hay más agua que tierra ,así que por esta ruta, podemos llegar a 4º, 5º C, o es posible, 6º C de aumento”.
Por afirmar que la COP21 fue un fraude, Hansen fue amonestado por Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos que debería saber, como aclaró Galileo hace 382 años, que las leyes de la física no son negociables ni están a merced de las veleidades de oligarquías corruptas y glotonas. Antes de maquillar la faz del colapso climático antropogénico (CCA) y dado lo que está en juego, es más ético decir al público, con dato duro y palabra clara, la realidad de las COP y la magnitud del riesgo. Para los inquisidores pesan más los negocios del uno por ciento de Estados Unidos que según Anderson lanza a la atmósfera ¡2 mil quinientas veces! más CO2 que el uno por ciento a nivel global, que frenar el CCA, gran amenaza a la vida planetaria y a la civilización.