Viernes 8 de enero de 2016, p. 20
Brasilia. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió las medidas de ajuste fiscal que no fueron concretadas en su primer gobierno (2010-2014) y admitió un error cometido en ese periodo: no haber percibido el tamaño de la desaceleración económica
que afectaba al país. Dijo que su prioridad es aplicar el ajuste fiscal y garantizar el superávit de 0.5 por ciento del PIB, a fin de crear las condiciones para que la inflación se equilibre
. La receta federal detectó indicios de un alza patrimonial incompatible con los ingresos del líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, acusado por la Fiscalía de corrupción y lavado de dinero.