La ciclista se prepara en un rancho donde adaptan los circuitos
Martes 26 de enero de 2016, p. a11
En su debut olímpico en Río 2016, la ciclista de montaña Daniela Campuzano (29 años) tiene el propósito de terminar entre las 10 mejores, porque sus recientes resultados ante las rivales de la justa brasileña le dan confianza de que puede lograrlo, aunque no descarta dar la sorpresa.
Si bien cumple ya 10 años en el ciclismo, fue en los dos pasados cuando cambió radicalmente su vida, no sólo por casarse con su ahora entrenador, Octavio Vicente Cetto –ex campeón nacional de la especialidad–, sino por haber clasificado a la que será su primera gran competencia, a la que espera llegar en las mejores condiciones.
Otro factor que tiene en su favor es que sus familiares la han arropado con materiales deportivos –como la bicicleta, que cuesta aproximadamente 60 mil pesos–, así como recursos para participar en más de una centena de pruebas alrededor del mundo.
Nacida en esta ciudad capital, desde niña vive en Tulancingo, Hidalgo, donde entrena alejada de cualquier distracción, porque ni señal de telefonía celular llega al rancho de uno de sus tíos. Ahí trabaja en una pista que es modificada de acuerdo con las exigencias de las rutas de competencia.
Desde luego que es ventaja tener una familia que me ayuda y que hasta el lugar donde trabajo lo prestan y podamos hacer las modificaciones necesarias
, comenta la competidora, quien ha sufrido lesiones que no obstante la hacen entrenar más fuerte.
Sobre su relación marital, señala que “lo que pasa en la casa allá se queda y lo que sucede en la pista allí mismo se resuelve, por eso es que nos gusta estar casi siempre juntos, porque lejos de que se haga monótono o algo no llevadero, es lo que nos mantiene unidos y trabajando, más ahora que quiero terminar bien en Juegos Olímpicos.
A veces, cuando Octavio me dice que ya terminamos, porque me ve cansada o porque ya cumplimos la sesión, yo le respondo que seguiré otro rato, porque me siento bien o porque estoy metida y lo que menos quiero es descansar. Se sorprende, pero hasta eso nos sirve para estar bien
, narra la competidora, quien terminó la licenciatura en biología en la Universidad Autónoma de Pachuca.
Aunque sigue a la espera de que fluyan los recursos de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, el entrenador tiene la certeza de que no habrá contratiempos para cumplir con una apretada agenda en Estados Unidos y Europa principalmente, una vez que los resultados recientes colocan a Campuzano entre las mejores 12 del orbe.
En su ruta de trabajo está la Copa Mundial, a efectuarse en Minas Gerais, Brasil, para luego tener tres pruebas en Estados Unidos, trasladarse a Alemania y Francia, para regresar a México y volver a Europa. Días antes de la justa brasileña viajarán a Río.
En el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, Daniela recordó que en octubre anterior participó en una prueba en la ruta donde se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos: Es un circuito de 10. Tiene bajadas, subidas, curvas de muy difícil trazado. Técnicamente es muy exigente y demandará lo mejor de cada participante
.
Por eso es que en el rancho Santa Elena, donde trabaja dos sesiones al día, ya hicieron las adecuaciones necesarias para que se parezca lo más posible a la ruta olímpica y acostumbrarse a ella. Lo único que necesita es lograr la resistencia necesaria al calor –que podría estar sobre los 40 grados centígrados en Río– para lograr lo que ha sido uno de sus grandes sueños: destacar en los Juegos Olímpicos.