En las últimas semanas se cometieron tres crímenes que demuestran los riesgos que enfrentan las luchadoras sociales y aquellas mujeres que deciden vivir su libertad, apuntó ayer Ana Ignacia Rodríguez Márquez, La Nacha, una de las líderes del movimiento estudiantil de 1968. Se refería al asesinato de la ambientalista Berta Cáceres, ocurrido el pasado jueves en Honduras, y la masacre contra dos turistas argentinas en Ecuador, que se dio a conocer el 28 de febrero.

En el caso de las jóvenes, el cuestionamiento del crimen es a ellas por andar solas, por vestirse de tal manera, reprochó al recibir un homenaje de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), en el que también se celebró el trabajo de la periodista Blanche Petrich, reportera de asuntos especiales de La Jornada, y de las juristas María Luisa Campos y Ana María Salazar Sánchez.

En el Día Internacional de la Mujer, afirmó que en México 43 por ciento de los ataques a defensores de derechos humanos son contra mujeres. La Nacha, como me apodó el gobierno para darle una imagen de delincuente, lamentó que cuando estuvo presa en Lecumberri y en la cárcel de Santa Martha, junto con Roberta Avendaño Martínez, La Tita, fuimos discriminadas; no nos visitaban ni nos reconocían. En las noticias sólo hablaban de los hombres; parecía que las mujeres no habíamos luchado. Pero la participación femenina en el 68 fue vital.

El homenaje también fue “para todas las mujeres que han luchado por la igualdad. Por las guerrilleras víctimas de tortura, desaparición forzada y asesinato en la guerra sucia”, añadió Raúl Jiménez Vázquez, presidente de la ANAD. Nuestro país está inmerso en una gravísima crisis de derechos humanos, que golpea a los sectores más vulnerables, como las mujeres. La violencia de género y los feminicidios son una abominable práctica, acusó.

Ana María Salazar, otra de las homenajeadas e integrante de la ANAD, señaló que de 24 cargos en el gabinete federal, sólo tres los ocupan mujeres. En el Poder Legislativo se ha avanzado un poco más con la incursión de más diputadas, pero el Judicial sigue siendo reacio a la equidad de género, sostuvo.

María Luisa Campos, también de la ANAD, expresó la solidaridad con las mujeres que trabajan, que participan en las luchas sociales y sindicales y que combaten la violencia de género. En nombre de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (Alal), a la que igualmente pertenece, recriminó que a pesar de representar más de la mitad de la población mundial y casi 50 por ciento de la fuerza de trabajo, no nos reconocen, y cuando lo hacen es con lenguaje masculino: los abogados, dicen, por ejemplo.