Familiares de víctimas señalan deficiencias del sistema y ponen en duda su utilidad
Jueves 31 de marzo de 2016, p. 29
Xalapa, Ver.
Cuatro días después de que José Antero López González y Raymundo Isaac Rico Arias fueron sepultados por sus familiares en Querétaro, el Diario Oficial de la Federación publicó el acuerdo 036 del 24 de marzo de 2016, mediante el cual la Fiscalía Especializada para la Búsqueda de Personas Desaparecidas ofrece una recompensa de un millón y medio de pesos para quien ofreciera información útil para su localización.
López González, de 24 años, y Rico Arias, de 27, desaparecieron en Veracruz, adonde viajaron en febrero de 2012 para las fiestas del carnaval. El domingo 12 de ese mes sus familiares perdieron contacto con ellos.
Socorro Arias Javier, madre de Raymundo, relató a un medio informativo de Querétaro: Me estuve comunicando con él y un domingo no me contestó. Luego me respondieron en su teléfono otras personas a las que no conocía y entonces decidí denunciar
ante las autoridades queretanas, y dos días después ante las de Veracruz.
El 27 de marzo de 2015, la entonces unidad (hoy Fiscalía) Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas (Febpd) de la Procuraduría General de la República (PGR) atrajo la investigación.
En los primeros días de enero pasado, la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Querétaro informó que Raymundo había sido localizado muerto en Veracruz, con José Antero.
El Ministerio Público Federal cotejó muestras genéticas obtenidas por la PGR y las fiscalías de Veracruz y de Querétaro y entregó los cuerpos a las familias.
Tras dos meses de trámites burocráticos y diligencias periciales, los restos fueron trasladados a Querétaro. El domingo 20 de marzo de 2016 fueron sepultados en un panteón particular.
Cuatro días después, cuando vio publicado que la PGR ofrecía 1.5 millones por información para hallar a su hijo, Socorro sintió un vuelco en el corazón y llamó a sus compañeros del colectivo Desaparecidos Justicia AC.
Era Semana Santa y el personal de la PGR estaba de asueto, por lo que decidió esperar para que algún funcionario respondiera.
Para Lucía de los Ángeles Díaz Genao, del colectivo Solecito de Veracruz, el programa de recompensas de la PGR sólo sirve para decir que se está haciendo algo. Pero las madres de desaparecidos no tenemos ninguna esperanza de que la publicación de recompensas ayude a esclarecer los casos
.
Díaz Genao busca a su hijo, Luis Guillermo Lagunes, desde julio de 2013 y decidió poner a prueba el sistema de recepción de llamadas del programa de recompensas. Después de varios telefonemas concluyó que no hay procedimientos adecuados para la recepción de denuncias en los números anunciados.
Ni el colectivo Solecito de Veracruz ni Desaparecidos Justicia AC de Querétaro saben de algún caso en que las ofertas de recompensas hayan servido para localizar a desaparecidos. En la cadena que va desde la difusión hasta la llamada no hay armonía. Hay un desfase
, señaló.
Víctor Manuel García Herrera, asesor jurídico de Desaparecidos Justicia AC, aconseja: Ponte en los zapatos de Socorro. Ella pasó cuatro años buscando a su hijo. Luego sufre el dolor de haberlo encontrado muerto. Ya lo veló, ya lo enterró y, en medio del proceso de duelo, sale un anuncio de que hay una recompensa para quien dé datos para su localización. Eso es interrumpir ese duelo y revictimizarla más
. Y pregunta: Si ellos ya aparecieron, ¿quién va a cobrar esa recompensa?