Investigación periodística descubre esa práctica frecuente
Martes 3 de mayo de 2016, p. 14
Memphis, Tenesi.
Candelario Jimón Alonzo llegó a Estados Unidos con el sueño de lograr más en la vida de lo que podría ser por los caminos llenos de baches en las tierras altas de su nativa Guatemala. Esta era su oportunidad: podría terminar la secundaria en Estados Unidos y algún día convertirse en maestro.
Sin embargo, el chico de 16 años se la pasa solo casi todos los días en una casa deteriorada en Memphis, donde vive con su tío; sale ocasionalmente a jugar futbol y a aprender lo que pueda de inglés con sus amigos. Las autoridades educativas han impedido a Jimón inscribirse desde enero pasado.
Según abogados, se ha impedido a Jimón y a otros 12 jóvenes migrantes, que huyeron de la violencia en América Central, estudiar en secundarias públicas en Memphis, porque las autoridades afirman que esos adolescentes carecen de un documento oficial que avale su escolaridad o porque eran demasiado mayores para graduarse a tiempo.
La Ap encontró que en por lo menos 35 distritos escolares en 14 estados se desalentó a centenares de menores de El Salvador, Guatemala y Honduras que llegaron solos a inscribirse en escuelas o se les apremió a que estudiaran en programas alternativos separados pero inequitativos: básicamente un callejón académico sin salida que puede constituir una infracción a las leyes federales.
En lugar de inscribir a Jimón y a los otros menores en alguna secundaria, un distrito escolar falto de efectivo los derivó a una escuela para adultos en el este de Memphis que ofrecía clases de inglés algunas horas a la semana.
Pero antes de que Jimón se registrara, el estado clausuró los programas de Desarrollo Educativo General (GED, por sus siglas en inglés) y de inglés porque pocos estudiantes se graduaban, lo que en la práctica anuló las posibilidades del chico de acceder a una educación formal.
Yo quería estudiar matemáticas e inglés cuando llegara aquí
, dijo Jimón, quien creció hablando español y la lengua indígena quiché. El adolescente ahora está en proceso se solicitar un permiso fijo de permanencia.
La vocera escolar del condado Shelby, Natalia Powers, afirmó que su distrito tenía una política que ofrecía a los alumnos de 16 años o más la opción de inscribirse en un programa GED, pero cuando fue cancelado, los alumnos tenían disponible un programa similar
de una organización local sin fines de lucro.
Abogados y defensores señalaron que se niega a los menores la opción de asistir a una secundaria convencional y la organización de Memphis no enseña inglés.
Las escuelas en Estados Unidos continúan como unas de las pocas instituciones gubernamentales en las que se garantiza el servicio a jóvenes migrantes, pero el gobierno ha otorgado pocos recursos o supervisión para vigilar que eso suceda.
Desde 2013, el gobierno ha colocado a casi 104 mil menores que llegaron solos, con tutores adultos, en diversas comunidades del país, donde se espera que acudan a la escuela mientras buscan que un tribunal de migración les dé permiso de residencia.
Meses después, durante la oleada de cruces irregulares en la frontera, los departamentos de Educación y Justicia emitieron recomendaciones conjuntas en las que se recordaba a los distritos escolares un fallo de 1982 de la Corte Suprema según el cual no se puede negar a los niños la educación, al margen de su situación migratoria.
La Ap indagó y en California, Florida, Luisiana, Maryland, Massachusetts, Misisipi, Nueva Jersey, Nueva York, Carolina del Norte, Ohio, Tenesi, Texas y Carolina del Sur, trabajadores sociales y abogados dijeron que se impedía a los migrantes en edad escolar inscribirse.