A 150 años de su creación, los conservatorios de México y Moscú intercambian experiencias
En Europa la globalización alcanza un nivel crítico, señala el director de la institución rusa
Miércoles 4 de mayo de 2016, p. 5
Uno de los pilares de la legendaria escuela de cuerdas rusas es la estricta disciplina
, afirma Sergey Kravchenko, director de la cátedra de cuerdas del Conservatorio de Moscú, una de las instituciones de educación musical más prestigiadas del planeta.
Definitivamente, la disciplina en el estudio es muy estricta, aunque lo es exclusivamente en el ámbito profesional. Se exige siempre calidad, honestidad en el trabajo personal de cada músico
, explica el violinista.
Es una disciplina que no pasa a otros niveles, ni personales ni políticos; no es un atentado contra la libertad de nadie. Exigimos que el músico, el artista, aparte de talentoso, debe ser capaz para trabajar, de tener un desempeño profesional muy fuerte. Son cualidades que se fomentan, más en un mundo donde tenemos competencia sana entre músicos de todas partes.
Kravchenko está en México, junto con el rector de ese centro de enseñanza musical ruso, el musicólogo Alexander Sokolov, como parte de un proyecto de intercambio con el Conservatorio Nacional de Música, inscrito en el 150 aniversario de ambas instituciones.
Los artistas y académicos euro-peos realizarán esta semana una serie de actividades en el conservatorio mexicano, que incluyen una clase magistral para cuerdas, una conferencia magistral de musicología y un concierto de gala.
Identidad vs globalización
Con apoyo en la traducción de la pianista Vlada Vassiliev –quien participará en ese concierto, el viernes a las 19 horas–, Sokolov y Kravchenko indican en entrevista con La Jornada que para ellos resulta muy importante entablar este contacto con el conservatorio nacional, con la finalidad de desarrollar proyectos de intercambio.
El musicólogo, adelanta, aprovechará su conferencia magistral para expresar a los estudiantes de música mexicanos la importancia de no interrumpir el proceso de las tradiciones artísticas culturales, de tomar la estafeta y crear algo nuevo a partir de esas tradiciones de siglos.
Me parece que la juventud actual tiene incluso más posibilidades, porque hay nuevos medios de comunicación, nuevas formas de comunicarse y estoy seguro que ellos podrán interpretar todo esto de manera novedosa y que la cultura y la música seguirán vivas
, señala.
Resalta, por otro lado, que en el Conservatorio de Moscú se han ocupado por preservar la identidad de la música rusa, aspecto que en otros puntos del orbe se ha descuidado y pende de un hilo debido a la globalización cultural y económica.
Esta preservación (cultural) es muy posible. Independientemente del nivel de información que tengamos a escala global, existen otros medios de información, tradiciones, tal vez algo genético que en cualquier generación saldrán las raíces que tenemos
, explica.
“Estoy muy consciente de que, por ejemplo, en los países europeos la globalización ha alcanzado un nivel crítico. Por eso, Rusia es un país único en el que se ha logrado conservar el folclor auténtico.
El Conservatorio de Moscú, como el de San Petersburgo, presta mucha atención al estudio del folclor en el ámbito de investigación. Y por eso nuestros estudiantes desde la juventud tienen oportunidad de sumergirse en este mundo de raíces auténticas a la edad adecuada en la cual pueden seguir transmitiendo esto como algo muy suyo y muy propio.
Sokolov aclara que la preservación de la identidad es sólo la mitad de la tarea. La otra, a la cual considera la más importante, radica en cómo traducir esas raíces, esa identidad, ese folclor hacia el lenguaje musical contemporáneo.
Es decir, agrega, cómo los compositores van a tomar estos elementos y traducirlos en su música, cosa que han hecho siempre los autores famosos rusos, como Chaikovsky y Rachamninov.
De acuerdo con el rector del Conservatorio de Moscú, definitivamente
en el ámbito sonoro ruso aún puede hablarse de nacionalismo o neonacionalismo.