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El magnate, muy cerca de lograr los delegados necesarios para obtener la nominación

Trump y Sanders se llevan la contienda en Indiana; Cruz abandona la campaña

El socialista democrático no logra acortar la distancia con Hillary Clinton, pero no renuncia

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Donald Trump ganó ayer la contienda en Indiana, con lo que cuenta ya con más de 80 por ciento de los delegados que necesita para ser nominado candidato presidencial por el Partido Republicano. Lo acompañan en la imagen su esposa Melania y su hija IvankaFoto Ap
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Bernie Sanders –y su esposa Jane–, quien logró un cerrado triunfo ante Hillary Clinton. La aspirante también se perfila para ser la abanderada de los demócratasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de mayo de 2016, p. 23

Nueva York.

Los precandidatos presidenciales insurgentes de ambos partidos ganaron las elecciones primarias en Indiana, con lo que Donald Trump se acerca a la corona republicana y provoca el retiro del senador Ted Cruz; por otro lado, continúa la rebelión contra la cúpula demócrata convocada por Bernie Sanders, a pesar de que la reina de ese partido mantiene su amplia ventaja para conquistar la nominación.

Sin embargo, nada queda sellado en esta contienda inusual marcada por las sorpresas, la constante equivocación de los expertos y las cúpulas, y por la expresión popular de hartazgo por más de lo mismo en ambos partidos.

Los republicanos

El multimillonario estrella de reality show, con nula experiencia política, triunfó por amplio margen a pesar del intenso esfuerzo de su contrincante Cruz en esta competencia estatal que se perfilaba como la mejor, y tal vez última, posibilidad para frenar al multimillonario en su marcha para robar la corona republicana de las manos de la cúpula que intenta todo para negársela.

La derrota marcó el fin de Cruz, quien esta noche suspendió su campaña –pero no estoy suspendiendo mi lucha por la libertad, y por los valores judeocristianos, aclaró– dejando solo al gobernador John Kasich frente a Trump.

El magnate ya había dicho antes del resultado que si ganamos en Indiana, esto ya se acabó, en referencia a la competencia para la nominación del partido. Esta noche, cada vez más expertos y políticos creen que tiene razón.

Fue un día en el que se exhibió de nuevo el bajísimo nivel del debate entre los contrincantes. Trump vinculó al padre de Cruz con Lee Harvey Oswald, el asesino de John F. Kennedy, y el senador respondió que Trump es un mentiroso crónico, y advirtió a quienes tienen hijas que Trump ha sido un mujeriego serial que una vez afirmó que sus batallas con enfermedades sexualmente transmitidas habían sido su Vietnam personal.

Ya que ha resultado casi imposible descarrilar a Trump –a menos que ocurra algún escándalo o desastre político–, la última apuesta de la cúpula del partido ha sido hacer todo lo posible por evitar que acumule los mil 237 delegados requeridos (está a menos de 200 de lograrlo) para obtener la nominación como candidato presidencial antes de la convención nacional en julio.

Pero ahora todo indica que Trump logrará obtener el número mágico de delegados (ya tiene más de 80 por ciento de los que necesita) en las restantes nueve contiendas republicanas estatales, en este proceso interno de cada partido que culminará con el premio más grande de todos: California, el 7 de junio (junto con otros cuatro estados), donde goza de amplia ventaja en las encuestas.

Si no logra obtener el número necesario de delegados, la cúpula tiene intención de hacer todo lo posible por realizar una convención negociada, en la cual estallaría una batalla para negarle la corona, a pesar de su amplia ventaja en el número de delegados.

Pero el resultado en Indiana demostró el gran fracaso del, hasta ahora patético intento por promover la estrategia de la cúpula republicana para frenar a Trump, a pesar de que se han invertido millones en ella.

Algunos expertos y dirigentes republicanos, y también externos, especulan que un triunfo de Trump podría dañar severamente al partido y le costaría no sólo la Casa Blanca, sino también su dominio del Poder Legislativo, y tal vez hasta destruir al partido tal como existe hoy.

Los demócratas

El triunfo de Sanders es clave para justificar su compromiso de seguir en la contienda hasta la contienda final en California a principios de junio, y tal vez hasta la convención nacional en julio, especialmente después de perder cuatro de los cinco estados en juego la semana pasada.

Sin embargo, para los demócratas los delegados son otorgados de manera proporcional, y por lo tanto su triunfo cerrado en Indiana no logró reducir de manera significativa la ventaja de casi 300 delegados que goza Clinton.

La precandidata ya cuenta con más de 90 por ciento de los delegados para llegar al número requerido de 2 mil 383 para obtener la nominación (incluidos los superdelegados que pueden cambiar su apoyo cuando quieran), y ya se comporta como si en los hechos fuera la candidata presidencial, enfocada en la elección general contra Trump.

Pero Sanders ha reiterado que no tiene ninguna intención de retirarse hasta el final, y varias de las contiendas en los 10 estados restantes (además de algunos territorios y Washington DC) en la carrera demócrata son favorables al socialista democrático. Su campaña insiste en que se niega a descartar la posibilidad de ganar la nominación si llega a la convención con la ola de apoyo que ha generado, y con ello lograr convencer a suficientes superdelegados de cambiar su voto a favor de él como el mejor posicionado para derrotar a un Trump.

Algunos dentro y fuera de la campaña argumentan que Sanders está haciendo esto tanto para permitir que todas sus bases puedan expresarse en el proceso como para intensificar la presión sobre Clinton y la cúpula del partido para continuar girando hacia posiciones más progresistas, algo que ya ha logrado en cierto grado.