Arath Jesús Almazán Pacheco tiene dos años y fue el primer niño registrado con dos mamás en Nuevo León. Queremos que nos conozcan, que vean que somos como cualquier otra familia. Ojalá entiendan que estamos viviendo en otra época, expresa Gisela Almazán Hernández.

Su esposa, Krystal Sarahy Pacheco Roel, añade en entrevista con La Jornada: Hemos sentido la discriminación, pero lo hemos sabido sobrellevar y somos muy felices con nuestros tres hijos.

La lucha de Krystal y Gisela por el reconocimiento de los derechos de sus vástagos desde la asociación Padres y Madres del Arcoíris AC abrió el camino a otros hijos de familias homoparentales que, luego de lograr el acceso al matrimonio igualitario en Coahuila o la Ciudad de México, se enfrentan ahora a la discriminación contra sus hijos.

“Nuestros niños están muy bien. Ellos saben muy bien que tienen dos mamás; ya no les afecta el bullying, ya saben cómo defenderse, pero estamos batallando con la discriminación en las escuelas”, señala Krystal Sarahy al comentar que su hija mayor tiene seis años.

“La vamos a tener que cambiar (de plantel), porque en la escuela tuvimos problemas. Fui con la directora para exigirle respeto y decirle ‘¡basta!’ Nuestra hija tuvo mucho hostigamiento de uno de los maestros. Pero sabemos que con nuestro hijo Arath Jesús habrá más problemas, porque él si tiene el apellido de ambas. No es justo, todos los niños deberían tener los mismos derechos”.

El acta de nacimiento de Arath Jesús quedó registrada con el número 151 bis, en la foja 295990, por el oficial 10 del registro civil, Justo Luis Barragán Hernández, con sede en Monterrey.

Gisela y Krystal sonríen y posan para la foto con su hijo. Aseguran que su historia de amor es tan hermosa como la de cualquier pareja heterosexual. Se conocieron cuando tenían 15 años y hace cuatro finalmente formalizaron su relación casándose en la Ciudad de México. En Nuevo León aún no lo permiten las leyes, aunque será el próximo septiembre cuando el Congreso local discuta la iniciativa.

Será la siguiente lucha. Pero ambas se muestran preocupadas por lo que llaman campaña de odio contra las parejas del mismo sexo: Es peligroso, empiezan a decir cosas que no son ciertas. Le meten la espinita a la sociedad contra nosotros.

Campaña negra

Mariaurora Mota Bravo, fundadora y presidenta de Género, Ética y Salud Sexual AC (Gessac), lleva parte de su vida dedicada a la defensa de los derechos de la comunidad LGBTI y estuvo en el presídium con el presidente Enrique Peña Nieto, cuando informó las iniciativas sobre el matrimonio igualitario y el derecho a la adopción de las familias homoparentales.

A partir de ese día hemos vivido un discurso de odio como el que ocurrió en la época de los nazis con Hitler, cuando se culpaba de todo a los judíos y por eso justificaron la matanza. Es igual el discurso de odio hacia los negros en Estados Unidos, y ahora se trata de atacar a los homosexuales en México, sostiene en entrevista.

La activista denuncia una campaña de grupos ultraconservadores ligados a la Iglesia católica, orquestada desde la Conferencia del Episcopado Mexicano y particularmente de órdenes religiosas intolerantes, como los Legionarios de Cristo o el Opus Dei.

Apoyadas por la jerarquía católica, más de mil organizaciones crearon hace unas semanas el Frente Nacional por la Familia, a fin de combatir la reforma de Peña Nieto en favor del matrimonio igualitario, porque consideran que es un intento de golpe letal a las familias mexicanas.

Para Mariaurora Mota Bravo, este frente es el verdadero peligro: Están haciendo mucho daño, lo que está sucediendo es que están enfrentando a las familias. Esto fomenta la intolerancia, los crímenes de odio y divide a las familias buscando la desintegración. Afecta porque la polarización de la sociedad no es buena, menos la confusión. La gente cree que sabe de homosexualidad, que sabe de sexualidad y, cuando empieza a hablar, no sabe absolutamente nada y sólo confunde.

Refiere: El otro día, uno de sus líderes decía que si aprueban el matrimonio igualitario va a aumentar la trata de personas y el tráfico de órganos. ¿De dónde sale este razonamiento? No tienen argumentos.

Mota Bravo asegura que México va 15 años atrasado en este tema, porque lo que debió haber hecho en materia legislativa era adaptar todas las legislaciones en material federal, estatal y municipal al artículo primero de la Constitución.

“Los homosexuales se están casando, están obteniendo su seguridad social, sus niños están obteniendo el acta de nacimiento con dos madres o con dos padres. Esto es imparable desde 2001, cuando se cambió el tercer párrafo del artículo primero de la Constitución: ‘En este país se prohibe la discriminación’. Muy pocos países tienen esta maravillosa modificación. En realidad, el matrimonio igualitario ya lo tenemos ganado desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación dijo que para todos los estados es inconstitucional. Ya nada más es cuestión de que los estados empiecen a modificar sus leyes”.

Y agrega: Por tanto, lo que propuso Peña Nieto tiene valor simbólico, porque pretendemos que sea una cuestión constitucional, pero el matrimonio hace muchos años que dejó de estar en la Constitución. El presidente pide reformas al código federal, pero solamente se casa con éste a las personas en las embajadas. La repercusión es bastante poca, pero su pronunciamiento alertó al avispero.

Comenta que ya son 10 los estados donde se permite el matrimonio igualitario y que la embestida de los grupos conservadores es encabezada por ocho o 10 personas: Son las que están alborotando a un pueblo ignorante y explotando el miedo con la versión de que los homosexuales van a destruir a la familia. Con Juan Manuel Dabdoub Giacoman, presidente de Confamilia, tenemos 20 años debatiendo en Monterrey y ahora ya se vino a la Ciudad de México. Está la defensora de Marcial Maciel, la ex diputada panista Carolina Garza; también Enrique Guzmán y Marcial Padilla. Todos ellos tienen argumentos débiles, porque están manejados por la Iglesia católica, que viene perdiendo poder. Cuando ellos quitaban y ponían reyes no les importaba el cuerpo, porque tenían poder, pero en este momento el cuerpo es el último reducto de la Iglesia católica. Pero ya perdieron los tres debates: el aborto, el matrimonio igualitario y el tema de la educación sexual integral (para ellos este último punto es la abstinencia). Por eso están dando patadas de ahogado.

Añade: Cuando estuve en Los Pinos con Enrique Peña Nieto vi un hombre sincero. Aunque, claro, hay que reconocer que este es el único tema con el cual él puede reivindicarse como defensor de los derechos humanos. Vistas todas las tragedias en términos de derechos humanos, este es un tema que sí se puede sacar, porque cuenta con el apoyo legislativo. No es nada difícil.

La próxima lucha, asevera, será reivindicar los derechos a la identidad legal de los transexuales y los derechos de los niños de parejas del mismo sexo, porque Nuevo León, gobernado por el independiente Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, es el único estado donde no existe una ley contra la discriminación.

Derechos a medias

Las familias homoparentales se reúnen por conducto de la organización Padres y Madres del Arcoíris, dirigida por la sicoterapeuta familiar Alejandra Barrera.

Hasta ahora más de 10 niños de parejas del mismo sexo tienen acta de nacimiento, aunque todavía queda mucho por hacer, ya que en el documento oficial sólo es posible acreditar los datos del padre y la madre y no de dos madres o dos padres.

Las actas de nacimiento de nuestras hijas vienen equivocadas. El formato no permite la realidad y son inexactas. Por más que hemos pedido una corrección, nos han dado muchas largas, y yo aparezco como padre, algo que no es real. Aquí hay dos madres, dice Nadia Garza Rodríguez, esposa de Jennifer Aguayo Rivas. Ellas son madres de las gemelas Lilith Alejandra y Dana Fernanda, de dos meses de edad.

Ambas han sorteado todo tipo de obstáculos y discriminaciones, más el difícil y largo camino de ser madres: Me inseminé dos veces, pero no me pude embarazar. Finalmente a mi esposa, con la cuarta inseminación, le salieron estas hermosas gemelitas, asegura mostrando a sus hijas para que sean fotografiadas mientras pasean.

Su próxima lucha será inscribir a las niñas en la guardería del Instituto Mexicano del Seguro Social, pues de acuerdo con las normas de éste sólo la madre gestante tiene derecho, pero la derechohabiente es Nadia, quien expresa:

Yo pago ese derecho y voy a luchar para usarlo. Luchar es nuestro estilo de vida: nosotras no tenemos nada dado, hemos tenido que pelear por todo. Los derechos humanos están por encima de las creencias personales y son para todos los ciudadanos. Yo creo mucho en la supremacía constitucional, sólo hay que apretar las tuercas para aplicar lo que ya nos protege en la Constitución. Como familia no tradicional tenemos que ir ganando la batalla día a día.