Tras comprobar la participación de otras dos personas –de los 22 inculpados– en la desaparición de 13 jóvenes del bar Heaven, la juez 25 penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México determinó condenar a cada uno a 520 años de prisión y el pago de una multa de 5 millones 51 mil 280 pesos. No obstante, la pena máxima de prisión que establece la Constitución no puede ser mayor a 50 años.

La impartidora de justicia tuvo elementos suficientes para acreditarles el delito de privación de la libertad con el propósito de causar daño a las víctimas, cuyos cuerpos fueron encontrados posteriormente en una fosa clandestina del municipio de Tlalmanalco, estado de México.

La procuraduría capitalina informó que Mario Alberto Rodríguez Ledezma y Gabriel Carrasco Ilizaliturri fueron procesados por la desaparición de las 13 personas, entre ellas un menor de 18 años, el 26 de mayo de 2013 cuando fueron secuestrados en el citado bar, ubicado en la colonia Juárez, delegación Cuauhtémoc.

A tres años del secuestro y ejecución de los jóvenes, sólo siete de los 22 inculpados han sido sentenciado y las familias de las víctimas continúan con la exigencia de justicia.

De acuerdo con la causa penal 145/13 los sentenciados no podrán recibir los sustitutivos de la pena de prisión, toda vez que la condena es por delitos graves que no les permiten acceder a ningún beneficio.

Asimismo, se asienta que en caso de insolvencia total o parcial debidamente acreditada por los sentenciados, la multa podrá ser sustituida por 39 mil jornadas de trabajo a favor de la comunidad, en tanto que la pena de prisión la deberán compurgar en el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla o en el lugar que determine la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México.

La PGJ informó que el Ministerio Público estableció que los agraviados se encontraban en un bar antes de trasladarse al Heaven, en la calle Lancaster, donde aparentemente se llevó a cabo un operativo, ya que llegaron al lugar varias camionetas de las que descendieron hombres armados, vestidos de civil, con la cara cubierta con paliacates y se llevaron a los jóvenes.