Ganó el miedo
omo en muchas otras ciudades de la República, en Aguascalientes ganó el miedo. El Frente Nacional por la Familia logró llenar plazas, sumar numerosos contingentes y manifestarse en contra de los derechos de otros. La del sábado fue sólo un ensayo. Es claro que el 24 de septiembre abarrotarán las calles de la Ciudad de México y que, si se empeñan en mostrar músculo, podrán repetir su manifestación en varias sedes.
En Aguascalientes se organizó una contra marcha en favor del respeto y la tolerancia. Fueron menos. La organización no fue envidiable y al final resultaron apabullados por quienes creen las mentiras con que se convocó a llenar la plaza de armas vestidos de blanco. Queda a esos pocos el consuelo de poder declarar que están del lado correcto de la historia, que el tiempo les dará la razón, pero esta vez fuimos derrotados por el miedo. Las mentiras que propagan los conservadores, sin importar lo descabelladas que sean, germinaron en la colectividad y la cegaron de tal manera que no logra ver cómo se le manipula para ser un factor determinante en la designación de candidatos en las siguientes elecciones, unos a modo de la derecha, que con el pretexto de manifestarse en favor de la familia
se coloquen del lado de la ilegalidad, la discriminación y el odio.
¿Por qué quienes el fin de semana vociferaron histéricos que no se metieran con sus hijos no están escuchando argumentos, ideas, la razón? Pesa más el miedo. Es la única explicación. La propagación del odio obliga a buscar nuevas formas de organización, maneras más intensas de informar, de reproducir el número de foros para que se escuche a quienes defienden el derecho de todos a la felicidad. Es una tarea urgente que no tendrá recompensa a corto plazo, pero se tiene que hacer, sin que importe ser tachados de lo que sea, con la inteligencia suficiente para no discriminar con argumentos falaces. Se trata, pues, no de estar en el lado correcto, sino de obviarlo.
Twitter: @jornadags