La liberación de medicamentos genéricos, en promedio 60 por ciento más baratos que los innovadores, y la estrategia de comprar al proveedor que ofrezca el precio más bajo en subastas, favoreció ahorros en las instituciones de salud. Ahora, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha detectado que entre 2016 y 2017 vencerán los derechos de patente de 27 fármacos por los que hasta ahora paga 2 mil 440.5 millones de pesos al año.

Mikel Arriola Peñalosa, director del instituto, aseveró que la ampliación del mercado de medicamentos genéricos a partir de 2011 –cuando él, como titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), promovió tal estrategia– explica parte del ahorro de 10 mil 600 millones de pesos que las instituciones federales, entidades federativas, institutos nacionales y hospitales de alta especialidad han obtenido desde 2013, al participar en las compras consolidadas de medicinas y material de curación.

Hoy se inicia el cuarto ejercicio de estas adquisiciones, con el IMSS como líder del proceso. En entrevista, Arriola Peñalosa señaló que a partir del próximo año se sumarán otros países al grupo de participantes en la compra consolidada, principalmente de Centroamérica.

Explicó que a esas naciones les conviene porque las medicinas que adquieren son 70 por ciento más caras que las que podrían comprar en México. Esto es así porque en esos países no hay genéricos ni mecanismos para garantizar la calidad, seguridad y eficacia de los productos, por lo que se ven obligados a adquirir innovadores. A México le beneficia esa adhesión porque implicaría mayor volumen de venta para las empresas, y las instituciones de salud obtendrían mejores precios.

Mikel Arriola, director del IMSS, anunció la donación de 5 mil 352 sillas camas para los hospitales pediátricos de esta institución. Lo acompañan José de Jesús Arriaga, director de Prestaciones Médicas del instituto (a su derecha), y Patricia Guerra Menéndez, secretaria ejecutiva de la Fundación IMSSFoto Jesús Villaseca

En cuanto a los genéricos, Arriola recordó que en 2010 había un monopolio de la manufactura con 35 productos originales con patente vencida, que representaban alrededor de la mitad de los tratamientos que se utilizan en el sector público contra enfermedades crónicas.

Los registros de los genéricos estaban atorados en la Cofepris, pero cuando se agilizaron los procesos, la oferta creció a 500 nuevos medicamentos, y para 2016 ya suman alrededor de 28 mil nuevos fármacos disponibles, algunos con precios hasta 80 por ciento más bajos respecto de los originales. Eso hace la diferencia como comprador, apuntó.

Otro factor que ha influido para obtener ahorros en la adquisición de medicinas son las llamadas subastas en reversa, en las cuales el IMSS pone un precio y los proveedores ofrecen costos más bajos. Hasta donde sea su punto de equilibrio salen de la puja, explicó.

Al preguntársele sobre los reclamos de las empresas farmacéuticas respecto de que los productos innovadores no son incorporados al cuadro de medicamentos del IMSS, Arriola explicó que existe apertura a la innovación, pero principalmente a la que ofrece curar enfermedades. Comentó que la mayor parte de las adquisiciones son productos genéricos, en cuanto a volumen; en cambio, las medicinas de patente representan 55 por ciento de la inversión del IMSS, lo que lo convierte en el principal comprador de estas formulaciones.

Indicó que el instituto adquirirá las nuevas moléculas que han demostrado curar la hepatitis C y hará lo mismo con la vacuna del dengue. Pero, puntualizó, si se trata de paliativos, la elección será por los medicamentos genéricos.