Las zonas de mayor riesgo en la Ciudad de México ante sismos de alta intensidad son el oriente y el centro, pues es ahí donde se asentaba gran parte de los antiguos lagos del valle de México, señalaron expertos del Servicio Sismológico Nacional (SSN), instancia bajo la responsabilidad de la UNAM.

En conferencia previa a la conmemoración del 31 aniversario de los sismos de 1985, los especialistas detallaron que pese a ser la región con más riesgos, es precisamente en donde más ha crecido la ciudad con construcciones habitacionales, sobre todo de sectores populares.

La jefa del SSN, Xyoli Pérez Campos, informó que México es un país altamente sísmico en el que a diario se reportan en promedio 38 movimientos de distintas intensidades, de ellos, entre uno y cuatro están por encima de una magnitud de 4, por lo que hizo énfasis en la importancia de la prevención.

La experta indicó que en materia de monitoreo y prevención, que corresponde a especialistas y autoridades, el país sí está mejor preparado que hace tres décadas. En el caso de la población confió en que también así sea, aunque dijo que cada persona debe saber si está o no capacitada para responder de manera adecuada ante un movimiento telúrico fuerte y con ello garantizar su seguridad.

Cada uno debemos responder si sabemos o no qué hacer en caso de sismo, cómo responder, si evacuamos o nos refugiamos, cuál es la columna más segura, si en ese lugar que nos resguardemos no se nos vendrá un mueble encima. Si tenemos una mochila de emergencia con agua y comida enlatada. Nuestra práctica y acciones son las que nos llevarán a salvar la vida. Por ello llamó a informarse y tomar en serio los simulacros.

Luis Quintanar Robles, especialista del departamento de sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, instancia a cargo del SSN, detalló que incluso con toda la tecnología actual aún no es posible predecir un sismo en cuanto a su magnitud, tiempo de ocurrencia y localización.

Detalló que México es un país eminentemente sísmico por su posición geográfica respecto a distintas placas tectónicas. En ese sentido explicó que entre Acapulco y Zihuatenajeo, hay un hueco de sismicidad al que se denomina brecha sísmica de Guerrero, zona que no ha registrado un movimiento telúrico grande desde 1910, por lo que se sigue acumulando una gran energía que la convierte en potencialmente sísmica para la ocurrencia de un evento de gran intensidad.

Los expertos indicaron que aunque el SSN –fundado hace 106 años y que en 1929 fue transferido a la UNAM– es una instancia dedicada a la detección y no a la alerta temprana, se mantiene una comunicación directa e inmediata tanto con el Centro Nacional de Prevención de Desastres y con la Secretaría de Marina para atender cualquier eventualidad.