Estudio de la organización Polaris las halla en bares y cantinas; auxilia a 98 personas
Son engañadas y llevadas por una red que funciona en ambos países; pide colaboración bilateral
Lunes 3 de octubre de 2016, p. 32
Alrededor de mil 300 mujeres jóvenes víctimas de trata de personas fueron detectadas en bares y cantinas de Estados Unidos, la mayor parte provenientes de territorios mexicano y centroamérico, de acuerdo con un estudio de la organización Polaris, que tiene una línea telefónica de atención que funciona en México y Estados Unidos, y que desde 2015 trabaja en conjunto con el Consejo Ciudadano de esta capital.
En un año de operación, el organismo local recibió 61 llamadas para denunciar distintos tipos de explotación, principalmente sexual y laboral. Gracias a las quejas se detectaron 98 víctimas, de las cuales 39 eran menores de edad, 22 adultos y 37 no proporcionaron el dato exacto.
El estudio de Polaris mostró que la mayoría de las víctimas son menores de edad, son sometidas a abusos verbales, físicos y sexuales, y son engañadas por los criminales para llevárselas mediante una red de conexiones que funciona en ambos países, por lo que es urgente poner en marcha un sistema de colaboración bilateral para atacar la trata de personas con fines de explotación sexual.
La organización advierte que la explotación en cantinas no ha sido combatida con la misma fortaleza que la realizada en prostíbulos residenciales o servicios de acompañamiento.
Para atacar esta actividad delictiva se necesita desmantelar el modelo de negocio y conseguir que el delito sea de alto riesgo y poco lucro
, señaló.
El estudio realizado de diciembre de 2007 a marzo de 2016, encontró indicios sólidos que muchas víctimas son trasladadas desde México por redes de tratantes organizadas durante generaciones en estados de la República como Tlaxcala, en específico en el municipio de Tenancingo, aunque no es el único sitio.
Las víctimas generalmente fueron aisladas, tenían grandes deudas y fueron sometidas a abusos verbales, físicos y sexuales, además de amenazas constantes contra ellas y sus familias.
Una tercera parte de las víctimas encontró apoyo en los clientes, 25 por ciento en familiares y amigos, 14 con autoridades locales y 19 en los centros de atención médica o tras las visitas de inspectores locales que supervisan los bares y clubes.