Vecinos de la colonia Roma que se oponen a la construcción de una torre de oficinas de 18 pisos en Insurgentes 262, la cual tendrá plaza comercial y hotel, bloquearon ayer a las ocho de la mañana el cruce de Monterrey y Álvaro Obregón para exigir a las autoridades de la delegación Cuauhtémoc frenar la demolición dentro del predio, ubicado en área de conservación patrimonial y colindante a inmuebles catalogados por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por su valor estético.

Fabiola García, habitante de la calle de Chihuahua, aseguró que presentaron una demanda de juicio de amparo con número 16072016 ante el juzgado quinto de distrito en materia administrativa de la capital, que ya les concedió la suspensión provisional para que el INBA intervenga y proteja las casonas, dos de los cuales, ubicadas sobre Álvaro Obregón, serían derribadas parcialmente por las obras.

Se trata de la entrada principal de la colonia Roma, donde se encuentran las primeras casas construidas a principios del siglo pasado, refirió Carlos Estrada, vecino de la obra, quien señaló que no sólo es defender el patrimonio cultural, sino que este megaproyecto afectaría aún más la movilidad en este punto, uno de los más conflictivos de la zona.

Además de los 18 pisos, pretenden edificar 12 niveles subterráneos para estacionamientos con capacidad para mil 200 vehículos, imagínense el colapso que va a causar. La entrada y salida sería por Chihuahua, que es una calle muy angosta, que da hacia el interior de la colonia, expuso el residente.

Alicia Vargas, otra vecina, consideró que no sólo están en riesgo las casas gemelas que están sobre Álvaro Obregón, de las cuales sólo se pretende dejar las fachadas, sino el resto de los inmuebles porfirianos colindantes, que sufrirían afectaciones con los trabajos de excavación.

Inconformidad

La manifestación, efectuada en hora pico, ocasionó caos vial en diversas arterias y la reacción airada de los automovilistas, que expresaron su malestar a través del claxon, gritos y con aventones de sus vehículos hacia los inconformes.

Tengan consideración, carajo, es la hora de las escuelas, exclamó uno de los automovilistas.

Mayela Delgadillo, vecina de la Roma, señaló que fue la última alternativa que tuvieron, pues desde hace un mes enviaron un escrito al jefe delegacional, Ricardo Monreal, donde manifestaron su preocupación sobre este proyecto, pero al igual que en el INBA, con cuyas autoridades incluso han tenido reuniones, no obtuvieron ninguna respuesta.

Todas las casas de la manzana tienen valor patrimonial y el INBA no ha otorgado los permisos y las inmobiliarias tampoco tienen licencia de demolición. No hay estudios de impacto urbano y la escasez de agua aquí ya es grave, pero a las autoridades parece que no les importa nada, apuntó.