Mundo
Ver día anteriorSábado 8 de octubre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Bolas de fuego iluminan la profundamente negra oscuridad, narra enviado de la ONU

Alepo es la Guernica siria; bombardeos derriban hospitales y sepultan a civiles

Ban Ki-moon, habla de barbarie; la ciudad, símbolo de la más espantosa contienda

Foto
El barrio de Al-Ansari, en Alepo, tras ser bombardeado por las fuerzas aéreas rusas el pasado 2 de octubre.Foto Dpa
Foto
Las bombas provocaron la muerte de civiles y la destrucción de edificiosFoto Dpa
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de octubre de 2016, p. 22

Alepo.

En los hospitales de Alepo ya sólo queda sitio en el suelo a causa de los duros bombardeos que asedian la ciudad siria. Los gritos de los niños retumban en los pasillos ensangrentados y por todas partes hay heridos, cuenta Ibrahim Al Hadsh, un cooperante de la organización Cascos Blancos.

El olor a sangre y a muerte lo impregna todo, dice.

El conflicto actual más espantoso del mundo ha alcanzado unas dimensiones hasta ahora desconocidas. La zona este de la ciudad tiembla bajo las continuas explosiones de las bombas del régimen sirio, que no parece tener piedad.

Los edificios se derrumban, entre ellos también hospitales, y sepultan bajo sus escombros a numerosos ciudadanos. Cada vez se escucha más el término crimen de guerra.

Y al mundo no le queda otra cosa que mirar impotente a la dividida ciudad que desde hace mucho es un triste símbolo de la contienda.

En muchos aspectos (...) Alepo es para Siria lo que Sarajevo fue para Bosnia o lo que Guernica fue para España en la guerra civil, dijo recientemente el embajador francés para las Naciones Unidas, François Delattre, durante una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Hace pocos días los niños aún jugaban en las calles de la ciudad, antes de que colapsara el breve alto al fuego. Desde entonces, lo único que se oye ya es el rugir de los aviones de combate surcando el cielo del norte de Siria. El régimen y sus aliados, sobre todo Rusia e Irán, bombardean el este de Alepo sin descanso, provocando la muerte de cientos de civiles.

Muchas calles ya solo están flanqueadas por los esqueletos de las casas ennegrecidos por las llamas. Además, desde que una bomba alcanzó una estación de distribución, dos millones de personas no tienen agua corriente en la ciudad, según Unicef.

Bashar al Assad y sus aliados están utilizando las bombas más dañinas, según algunas informaciones. Los nuevos misiles también pueden atravesar las paredes de los bunkers en los que los ciudadanos buscan refugio, dice el activista Baha Al Halabi. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, habló de barbarie.

También están lanzando bombas prohibidas internacionalmente, como las de barril, de racimo e incendiarias. Hemos visto informes, videos e imágenes de ataques con bombas incendiarias que provocan tales bolas de fuego que iluminan la profundamente negra oscuridad del este de Alepo como si fuera de día, dijo el enviado especial de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, ante el Consejo de Seguridad.

Los civiles se preguntan si existe aún algún lugar donde poder estar seguros en esta maltratada ciudad.

Más de 250 mil personas se encuentran en el este de Alepo. El ejército sirio y sus aliados han rodeado la ciudad y nada ni nadie puede entrar o salir. Las panaderías sólo abren cada tres días por falta de ingredientes, explica el cámara Mahmut Raslan.

Pero la gente no quiere ir a comprar pan porque tiene miedo a los bombardeos a panaderías. Ya no abandonan sus casas, dice.

Los medicamentos y el material médico escasean tras semanas de asedio. Muchas personas mueren, nos falta de todo para poder atender a todos los pacientes con heridas tan graves, dice un enfermero.

El personal trabaja sin descanso, pero la mayoría de los pacientes necesitan complicadas operaciones y ya no quedan médicos en Alepo que puedan practicarlas. Las personas ven como sus familiares mueren lentamente ante sus ojos. Y nosotros no podemos hacer nada.

Los ciudadanos de Alepo se sienten abandonados por el resto del mundo. Están indefensos ante una masacre que desprecia la dignidad humana.

Alepo arde, quieren borrar el este de la ciudad del mapa, escribe Brita Hagi Hassan, líder del consejo opositor de la ciudad. Y el mundo entero sigue sin hacer nada.