Al igual que el suelo urbano, las áreas verdes, aún catalogadas de valor ambiental, están amenazadas ante la vorágine inmobiliaria, denunciaron habitantes de Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón, al denunciar nuevos desarrollos irregulares.

Adriana Bermeo, de la colonia Reforma Social, en Miguel Hidalgo, destacó que las barrancas del poniente de la ciudad se han transformado en una reserva territorial para las inmobiliarias, puesto que cada día aparecen más dueños en sus bordes, que casualmente obtienen uso de suelo habitacional.

Entre estos casos se encuentran los predios de Paseo de los Príncipes 98, Montes Apalaches 525 y Cerro de Mayka, cuya propiedad se ha obtenido vía amparo y luego apelan a su derecho y obtienen el cambio de uso de suelo, refirió.

Otra modalidad de violación, agregó, es vía la obtención de concesiones en las zonas federales de los ríos, lo cual contraviene los planes parciales, como sucede en el condominio UNIQ en Puente de Tecamachalco.

Después de dos años de lucha en contra de la construcción de una torre de 86 departamentos, de 13 niveles más cinco sótanos, en un vaso regulador de la barranca de Tecamachalco, sólo se logró que se multara con 800 mil pesos por las violaciones cometidas, apuntó.

A su vez, Claudia Pérez Verdia, representante vecinal de Lomas de Bezares, alertó que se pretende reactivar en su colonia un desarrollo inmobiliario conocido como Proyecto Flow que incluye 280 viviendas, el cual incrementará en 65 por ciento el número de familias en la zona, donde se mantiene la misma infraestructura desde su origen.

De la Álvaro Obregón, Lourdes Rion expuso que en los límites de esta demarcación se autorizó de manera irregular un polígono de actuación, donde se pretende desarrollar diez torres de 801 viviendas, con área de estacionamiento en 5 sótanos.

Exigen se emita norma

Francisco Guerra, vocero del grupo Nunca Palmas 905, expuso que esta transformación de predios y los radicales cambios de uso de suelo se llevan a cabo sin modificar y mejorar la infraestructura urbana, que agudizará el caos existente.

En su conjunto, los vecinos exigieron contar con una norma que garantice la calidad de vida, sin que se pierda el valor del patrimonio de cada ciudadano, derivados de la anarquía y corrupción que han prevalecido en el desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios.