La subcampeona olímpica Guadalupe González no se ha presentado a entrenar y se desconoce si continuará con el profesor Juan Hernández, ya que pretende que su compañero sentimental, Esteban Santos, la asesore para el ciclo rumbo a Tokio 2020.

La acción de Lupita se compara con lo de Noé Hernández cuando ganó la medalla de plata en Sydney 2000. Dejó a su entrenador Pedro Aroche y condicionó que el puesto se lo dieran a su esposa, Vianney Pedraza, con el amparo de las autoridades. Después vino la deblace del subcampeón olímpico, quien en 2013 perdió la vida tras un trágico accidente.

Ayer, Hernández estuvo en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM) aguardando la llegada de su alumna con la que ha platicado un par de veces, pero no le ha dicho si seguirá con él como se lo pidió antes de obtener el oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Es la historia de Noé, refirió el entrenador sin tono de reproche, a quien no le sorprende la ingratitud de los deportistas, ya que durante años ha recibido golpes bajos, pero eso no le ha quitado las ganas de seguir trabajando para detectar y formar más campeones.

Luego de que Lupita ganó en Río la primera medalla de la marcha femenil mexicana en Juegos Olímpicos le di un plazo de dos meses para que arreglara sus asuntos personales y la lesión (que tenía en la rodilla). No ha venido y sé que ha estado en diferentes lugares de la República (recibiendo reconocimientos), pero no he platicado con ella, dijo el preparador.

Desde hace un mes Hernández comenzó a trabajar con su grupo, al que se integraron los especialistas en 50 kilómetros: el dos veces olímpico José Leyver, así como Luis Bustamante y Horacio Álvarez, porque desea seguir aportando sus conocimientos que lo han llevado a podios importantes desde las categorías juveniles y la mayor hace más de cuatro décadas.

Lo de Lupita le da tristeza y se nota más porque se le quiebra la voz, pero al mismo tiempo se da ánimo cuando observa a su grupo: “Estoy motivado porque quiero que no digan que esto –la medalla de Lupita– fue un chispazo. Ya impulsé la marcha femenil, comencé con los de 20 kilómetros y ahora estoy con los de 50. Tengo grandes esperanzas para Tokio (2020) y daré guerra”.