La resistencia bacteriana es un gran problema de salud pública generado principalmente por el abuso y mal empleo de los antibióticos, lo cual no sólo causa estragos a la salud del paciente, quien eventualmente puede morir, sino también genera mayores costos, al prologar estancias hospitalarias y tratamientos, así como complicaciones médicas. A esto se suman las pérdidas laborales.

Se calcula que para 2050 habrá más muertes debidas a infecciones por bacterias multirresistentes que por cáncer, señaló a La Jornada Jordi Rello, jefe del departamento de cuidados intensivos en el Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, España, y director de la Clínica de Investigación e Innovación en Neumonía y Sepsis.

Se calcula que el costo anual en Estados Unidos por la resistencia antibiótica va de 100 millones a 30 mil millones de dólares. Un ejemplo de estas infecciones son las sepsis. En México ocurren 40 mil 957 casos por año, con mortalidad de 30 por ciento, y los costos de atención van de 600 mil a un millón 870 mil pesos.

El también profesor asociado de medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona explicó que las bacterias son organismos capaces de adaptarse a medios hostiles, y así lo han hecho tras el desarrollo de antibióticos y antifúngicos. Adoptan un mecanismo de resistencia para evadir la acción de estos medicamentos.

Un estudio reveló que las principales bacterias resistentes son clostridium difficile, que causa diarreas e infecciones posoperatorias, y el gonococo, agente que produce gonorrea y enterobacterias que resisten la acción a la familia de antibióticos de amplio espectro llamados carbapenemas.

Agregó que las bacterias tienen diferentes mecanismos para eludir la acción de los antibióticos. Algunos de ellos son intrínsecos al organismo y se dan en forma natural; hay otros mecanismos que forman parte de la adaptación de la membrana de las bacterias: existen una serie de poros por los cuales penetra el antibiótico; estos se cierran y así se protegen de ser atacadas.

Añadió que hay partículas genéticas que se transmiten de unas a otras, y con esto inactivan los lugares donde actúan los antibióticos para dañarlas o destruirlas.

Apuntó que tres mecanismos frecuentes de resistencia están facilitados por el uso que se haga de los antibióticos; por ejemplo, utilizarlos en infecciones por virus, circunstancias en que son innecesarios; prolongar la duración de un tratamiento con esos fármacos o utilizar una dosis inadecuada.

Aseguró que el uso de antibióticos para engordar el ganado es una de las primeras causas de resistencia antibiótica. Subrayó que debido a que los médicos y los consumidores de carne no pueden hacer nada al respecto, deberían establecerse mejores leyes que impidan el empleo de determinados productos para el ganado.

Sobre las sepsis hospitalarias, dijo que las bacterias más agresivas son el estafilococo resistente a la meticilina, así como los fermentadores y las enterobacterias.