Sus palabras no me hacen eco, tiene una mala percepción de las cosas, dijo Morales
Inclusive Pacquiao, quien está vigente a sus 37 años, ya no da visos de ser el mismo, aseguró
Martes 22 de noviembre de 2016, p. a15
Hace unas semanas el ex campeón wélter Antonio Margarito desafió de manera inopinada al también ex monarca en retiro Érik Terrible Morales. Le pidió que volviera al boxeo e incluso alardeó de que con un solo ojo podría vencerlo. Margarito estuvo fuera por una lesión ocular tras la derrota ante Manny Pacquiao.
El Terrible respondió que hace cuatro años dejó el pugilismo y ninguna provocación podría hacerlo cambiar de opinión.
Las palabras de Margarito no me hacen eco. Creo que tiene una mala percepción de las cosas, pero no regresaré por su capricho
, señaló Morales.
Explicó que tal vez el origen de las mismas fue un análisis que hizo del combate de Margarito ante Ramón Álvarez, del que expuso que la juventud del tapatío le resultaría difícil.
“Él sabe por qué regresó y hasta dónde puede exponerse. Tal vez su lesión del ojo todavía se lo permite, porque se lo autorizan, pero es su asunto.
Lo que yo no haré es regresar a esa vida de prohibiciones, en la que pasé mucho tiempo encerrado entrenando lejos de mi familia. Me perdí cumpleaños de mis hijos, Navidades...
, comentó.
Morales dijo que hace unos años pensó que podía volver, pero el cuerpo le recordó que ya no podía: Me valió madres y acepté peleas
.
Incluso, dijo que un peleador como Pacquiao –a quien derrotó en 2005 y lo considera vigente a sus 37 años– le parece que ya da visos de que no es el mismo.
Lo veo distinto, no con miedo sino precavido. Aún está vigente, pero el golpe de Juan Manuel Márquez lo cambió. Ya no se entrega de frente, lo piensa, retrasa, baila. Antes era más impulsivo y entraba como un perro
, indicó.
Por eso el Terrible no se inmuta con las provocaciones de Margarito. Ya nada tiene que hacer en el cuadrilátero, confesó. Logró lo que quería y considera un disparate volver a los 40 años.
Los boxeadores somos locos y siempre encontramos motivos para seguir o regresar a pelear, pero tengo cabeza para saber que ya no. Ya no hago ejercicio constante y me gusta la comida. Para qué volver
, remató.