México podría enfrentar una situación económica alarmante el próximo año si se mantiene una política macroeconómica que debilite la demanda a través de elevar las tasas de interés, y con ello se vislumbra que las expectativas para los hogares de los trabajadores y para el país tendrán tendencia negativa.

El estudio Crecimiento económico y empleo en México durante el tercer trimestre de 2016, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, detalla lo anterior y plantea que las autoridades monetarias del país deberán reconocer que, quizá por unos años más, la principal amenaza para la inflación no vendrá del mercado interno, sino de la política monetaria que establezca el nuevo gobierno de Estados Unidos. Todo lo cual impactará a los trabajadores en materia de empleo y salarios.

Esta situación de inestabilidad significará para el mercado laboral que, aun cuando la tasa de crecimiento anual del empleo formal se ubica en 3.8 por ciento a septiembre, la desocupación y la informalidad presentaron valores ligeramente por encima a los registrados en un trimestre previo.

Pero además afectará al sector laboral el hecho de que el índice de confianza al consumidor revela estancamiento, debido a la percepción negativa de los trabajadores y los ciudadanos sobre la situación actual del país y de los hogares.

El informe elaborado por el director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral de esta organización, Marcelo Delajara, indica que a partir del segundo trimestre del presente año se observa una clara reducción en la confianza de los consumidores, por el aumento en el índice de miseria económica (IME), situación que se profundizó en la segunda mitad del año.

Es decir, para el analista, los trabajadores han sufrido un año muy difícil y no prevén que esta situación pudiera mejorar en 2017.

Advierte que la elevación del IME se debe al aumento en la tasa de inflación y por la desaceleración del producto interno bruto en el segundo trimestre del año,

También precisa que la situación económica actual de los hogares y del país ha pasado de ligeramente positiva a negativa en el presente año, y esto se acompaña por el hecho de que también los trabajadores manifiestan tendencia no positiva en su percepción sobre el poder de compra de bienes durables –vivienda, vehículos, muebles, máquinas y demás– en relación con el mismo periodo del año pasado.