Ante el anuncio del incremento en el precio de la gasolina, las dirigencias de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) expresaron su rechazo e inconformidad por la determinación del Ejecutivo. Mientras el blanquiazul demandó que el gobierno revise el componente de los impuestos que se incluyen en el precio final del hidrocarburo, para atenuar el impacto, el sol azteca anunció que llamará a movilizaciones de protesta contra la medida, que sólo expresa el fracaso de la reforma energética.

En tanto, el coordinador de los senadores del Partido del Trabajo, Manuel Bartlett, sostuvo que el nuevo aumento a los combustibles anunciado para enero será la noticia de todos los días, porque las empresas extranjeras tienen exigencias ilimitadas, y éstas son las que van a fijar los precios, ya que con la reforma energética se acabó el poder del Estado, (éste) ya no tiene instrumentos para fijar los precios.

La única voz discordante entre los políticos de oposición fue la del panista Ernesto Cordero, ex titular de la Secretaría de Hacienda, quien dijo que esta dependencia actúa de manera valiente, responsable y prudente al liberalizar y aumentar el precio de las gasolinas, pues su costo en todo el mundo se está incrementando a consecuencia de la elevación del precio del petróleo. Recordó que el tipo de cambio se ha depreciado, por lo que es natural que los combustibles suban en México.

Reforma tardía

Sin embargo, en un comunicado, el presidente del PAN, Ricardo Anaya, exigió al gobierno federal encontrar alternativas que aligeren el impacto negativo que tendrá en la economía familiar. Los hechos evidencian que la reforma energética llegó muy tarde por culpa de la mezquindad del PRI. Esto ocasionó falta de inversión en áreas estratégicas que hoy hacen necesaria la importación de la mayor parte de las gasolinas que consumimos en el país.

A su vez, la dirigente del PRD, Alejandra Barrales, alertó que la medida demuestra que los beneficios de la reforma energética no son reales ni se reflejan en los bolsillos de los ciudadanos, por el contrario, cada vez salen más perjudicados. Señaló que, con estas medidas, se están incubando la inconformidad social y mayor desconfianza hacia los políticos.

La senadora perredista Dolores Padierna destacó que una parte del precio de las gasolinas está determinado por la carga fiscal que le impuso el gobierno (IEPS e IVA): seis pesos con 52 centavos por litro de gasolina Magna; seis pesos con 6 centavos por litro de Premium y siete pesos con 30 centavos por litro de diésel.

El resto del precio está determinado por el costo del combustible, ya sea abastecido por Pemex o importado, más los costos de logística (almacenamiento y transporte) y las utilidades de los expendedores.

Por su parte, Mario Delgado, senador del PRD, aseveró que el incremento en los precios de los combustibles garantiza solamente que el gobierno siga enriqueciéndose a costa del sacrificio de las familias y empresas mexicanas.

Cordero reconoció que la medida provocará el aumento de precio de otros productos, pero lo peor que se puede hacer es tratar de controlarlos artificialmente. Aseveró que eso se intentó en el pasado y los resultados fueron muy malos: Hay que entender que las condiciones mundiales son muy adversas y que Hacienda está actuando con prudencia.