Jueves 2 de marzo de 2017, p. 21
El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya, confió en que la dependencia que México tiene de las gasolinas del extranjero se irá disminuyendo poco a poco gracias a que la empresa está dedicando la mayor cantidad de recursos en muchos años a labores de mantenimiento de sus seis refinerías y busca alianzas para que otras compañías se encarguen de actividades auxiliares, como el suministro de hidrógeno, pero descartó que se tenga previsto construir más plantas de refinación, porque ello, dijo, es tardado y caro
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En entrevista con La Jornada, González Anaya señaló que una de las principales razones de la baja productividad de las refinerías de Pemex es el elevado índice de paros programados que se originan, entre otras cosas, por un suministro deficiente de hidrógeno.
En ese sentido destacó que la alianza concretada el jueves de la semana pasada con la empresa francesa Air Liquide –que le suministrará hidrógeno a la refinería Miguel Hidalgo en Tula, para los próximos 20 años– es una de las estrategias que la petrolera está usando para incrementar la producción de gasolinas y otros derivados del petróleo.
Consiguen hidrógeno más barato
“No sólo nos ofrecieron el hidrógeno casi 30 por ciento más barato de nuestros costos, sino más importante aún, lo que esperamos es que aumente la confiabilidad y con eso reduzcamos los índices de paros programados y de facto aumentemos la capacidad de refinación. Yo espero que poco a poco se recupere la capacidad de nuestras refinerías y se reduzca un poco la importación”, comentó.
No obstante, también señaló que el crecimiento del consumo de gasolinas en México es elevado pues el país es el sexto mercado más grande y el cuarto consumidor per cápita de combustibles automotrices en el mundo.
Detalló que entre las alianzas que Pemex buscará para que otras empresas le ayuden en sus actividades auxiliares y eso le permita concentrar sus recursos en la refinación serán con generadoras de electricidad, vapor y suministro y tratamiento de agua.
Sin embargo, rechazó que esté en el interés de la ex paraestatal la construcción de nuevas refinerías, pues explicó que, fuera de Asia, en los pasados 20 o 30 años no se han construido refinerías nuevas en el mundo y en Estados Unidos se han reducido.
Calculó que el costo de otra refinería en el país sería de alrededor de 10 mil millones de dólares –más o menos 10 o 20 por ciento– pero destacó que adicionalmente se requiere infraestructura y es cara.