El papa Francisco presidirá la ceremonia de canonización
Viernes 21 de abril de 2017, p. 34
El papa Francisco aprobó ayer que el 15 de octubre próximo se realice la ceremonia de santificación de Cristóbal, Antonio y Juan, conocidos como los niños mártires de Tlaxcala.
El pontífice presidió ayer un encuentro con cardenales en el Palacio Apostólico del Vaticano, durante el cual indicó la fecha para la canonización de los nuevos santos mexicanos.
En esa misma fecha serán canonizados los beatos André de Soveral, Ambrósio Francisco Ferro, presbíteros, y Mateus Moreira, junto con otros 27 compañeros, martirizados en 1645 en Río Grande do Norte, Brasil.
Asimismo, Faustino Míguez, sacerdote escolapio, fundador del Instituto Calasanzio de las Hijas de la Divina Pastora y Angelo de Acri, sacerdote de la orden de los frailes menores capuchinos. La celebración será presidida por el Papa en la Plaza de San Pedro.
De gran veneración popular, Antonio, Cristóbal y Juan son considerados los primeros mártires del continente americano; se convirtieron al cristianismo tras ser evangelizados por frailes franciscanos y dominicos.
Cristóbal nació en Atlihuetzia (Tlaxcala) entre 1514 y 1515; era el hijo predilecto y heredero del cacique Acxotecatl. Asistió a la escuela de misioneros franciscanos. Tras una discusión, el muchacho comenzó a romper con los ídolos paganos de su padre y este último urdió un plan para asesinarlo: lo molió a golpes y luego lo empujó a una hoguera. Aunque su madre lo salvó, murió unos días después. Todo ocurrió en 1527, cuando tenía 13 años.
Antonio y Juan nacieron entre 1516 y 1517 en Tizatlán (Tlaxcala). Antonio era nieto y heredero de un cacique local, mientras Juan era su servidor; ambos asistían a la escuela de los franciscanos.
Ellos acompañaron a unos frailes en una expedición a Oaxaca para fungir como intérpretes con indígenas. En Cuauhtinchán, Puebla, fueron atacados por algunos lugareños mientras recogían los ídolos de barro.
Primero golpearon con palos a Juan, quien murió al momento. Antonio fue apaleado hasta perder la vida tras reclamarle a los asesinos. Sus cuerpos fueron arrojados en un terreno cerca de Tecalco, pero fueron recuperados y trasladados a Tepeaca, donde recibieron cristiana sepultura.
Los tres niños mártires de Tlaxcala fueron declarados beatos por el Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México el 6 de mayo de 1990.
En el contexto de la canonización de los niños mártires de Tlaxcala, el obispo Jorge Gómez, administrador de la diócesis de Tlaxcala, señaló que se organizarán congresos de decanato para fortalecer la dedicación de altares a estos mártires en cada templo, se reditarán textos sobre sus datos bibliográficos y se relanzará la búsqueda de posibles lugares donde se puedan encontrar los restos de esos mártires.
El obispo, que encabezó los preparativos para la canonización de los nuevos santos indígenas, señaló en una entrevista en Desde la Fe que se está en la relaboración de la oración e imagen de los niños mártires.
Hay varias, la que tiene mayor difusión es la del maestro Desiderio Xochitiotzin, cuyo mural está en el seminario diocesano, pudiera ser ésta, con algunos retoques; se nos ha sugerido
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