Contada como farsa telenovelera, con comerciales incluidos, la obra Mujeres tardías surgió a partir de la inquietud de unos jóvenes que visitaron la muestra temporal Feminicidio en México, ¡ya basta!, montada en el Museo Memoria y Tolerancia, con el propósito de abonar a la reflexión desde el teatro, que, como todo el arte, ayuda a no olvidar, porque lo que se olvida, como es común en nuestro país, se repite, señaló el autor, Ismael Hernández Medina.

En el auditorio del recinto, el pasado jueves la compañía Taro, de la escuela de actuación Casa Azul, estrenó la puesta en escena, protagonizada por Ámbar Santos y Anifer Martínez, en los papeles de Leila Rafaela y René Valeria, respectivamente, pero además encarnaron a otros personajes: madre, hermana, abuela y amiga ayudadas de flashbacks, voces en off, efectos de sonido, música y el vestuario dispuesto en siete maniquíes.

Amor, soledad, rivalidad...

Se tocaron apectos como el amor, la soledad, la rivalidad, la hipocresía, el aspecto físico, las diferencias sociales, las bodas entre homosexuales, la vestimenta provocadora, las divergencias generacionales, el cambio de roles en las parejas y la época actual, donde todos somos un espectáculo público y digital.

Al concluir la función, Hernández afirmó: “el feminicidio es un tema al que le he tenido mucho respeto, porque crecí en Ciudad Juárez. Confieso que tuve conciencia de ese asunto hace muy poco. Sabía que existía, pero las cosas se viven diferente desde adentro que desde afuera. Crecí viendo a la gente de la localidad negando el problema. Es importante hablar de lo grave. Cuando vimos la exposición se nos ocurrió que necesitábamos decir algo; hay muchas obras sobre el tema y quisimos hacer algo diferente.

Al escribir entendí que a lo mejor parte del problema es que hay personas que no marchan en protesta por las mujeres asesinadas. Creo que la palabra muertas ya no es suficiente para describir el fenómeno. Quizá la gente no se manifiesta porque no quiere escuchar lo negativo. Como sociedad, cerramos los ojos ante ciertos temas, Pensamos que la farsa y el melodrama nos podían dar la oportunidad de explorar el asunto de otra manera, comentó.

Ramiro Piñón, director de la obra, destacó: “el machismo lo aprendemos en nuestras casas y lo traemos por generaciones, se nos inculca inconscientemente. Además, también es violento para los hombres.

Elena Ramírez, de la coordinación de producción e investigación de la muestra, destacó que uno de los propósitos del museo es que el visitante reflexione y transforme ésta en acción, como ocurrió con la obra, además de crear conciencia sobre que el problema es más cercano de lo que parece. Cerrará el 30 de julio.

Las funciones de Mujeres tardías no tienen fecha definida; se darán a conocer por medio de las redes sociales del recinto (myt.org.mx).