Después de 60 años, la Plaza de la Constitución tiene una imagen renovada, acorde con los nuevos tiempos y tecnologías, con el fin de mantenerse como el principal punto de convivencia de los ciudadanos, resumió el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa. Por su parte, la secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cepeda, señaló que en el alma de los mexicanos el Zócalo está escrito como un referente de la unidad y la coincidencia, es el centro de reunión y de celebración, el escenario de los festejos patrios y las expresiones sociales.

El mandatario capitalino fue el encargado de izar la bandera en el centro de la explanada en punto de las 7:45 horas, cuando sobre el Palacio Nacional aparecían los primeros rayos de sol. Después, junto a García Cepeda, quien acudió en representación del presidente Enrique Peña Nieto, cortó el listón y develó la placa alusiva a las obras de remodelación, flanqueados por los secretarios de Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, y de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, así como del cardenal Norberto Rivera Carrera.

Mancera Espinosa invitó a los capitalinos acudir al Zócalo y apreciar el renovado esplendor de nuestra plaza, que juntos disfrutemos de este orgullo de ser mexicanas y mexicanos, que hoy refrendemos con calificado testimonio de nuestras valerosas fuerzas armadas aquí presentes, el fervor patrio.

Agradeció al Instituto Nacional de Antropología e Historia y a la Secretaría de Cultura por el apoyo brindado al Gobierno de la Ciudad de México para llevar a cabo las obras, en un tiempo récord de cuatro meses.

Trabajos que, detalló, consistieron en el cambio de superficie a 4 mil 420 metros cúbicos de relleno fluido y concreto hidráulico con acabado arquitectónico, la ampliación total de 22 mil metros cuadrados, y en las entradas de la estación Zócalo del Metro fueron sustituidos los escalones superficiales y remplazados 34 metros lineales de barandal de acero.

Durante la ceremonia, el titular del Ejecutivo local agradeció a Cienfuegos Zepeda por aceptar que el cuerpo de bomberos de la Ciudad de México participe en el desfile del 16 de septiembre, después de 29 años de no hacerlo.

Mancera concluyó la ceremonia con el grito de ¡Viva México!, aunque no consiguió contagiar a los asistentes. Después los trabajadores de limpia empezaron a corear Mancera, presidente, pero los encargados del audio subieron el volumen de la música.