El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, reveló ayer que en la elección de 2012, a pesar de ser integrante de un gobierno panista, votó por el entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto.

Lo anterior, durante su comparecencia ante el pleno del Senado, que en todo momento estuvo marcada por los tiempos electorales.

El senador Zoé Robledo (PT- Morena) le dijo que su posible candidatura forma parte del proyecto del PRIAN para mantenerse en el poder, y el coordinador de esa bancada, Manuel Bartlett, le aconsejó que no contienda, que no acepte el beso del diablo de Peña Nieto.

Parte del proyecto PRIAN

Robledo fue el primero en sacar a relucir ese tema. Expuso que Meade ha comparecido nueve veces ante el Senado: hace cinco años como funcionario de Felipe Calderón y ahora de Peña Nieto. No está en duda, agregó, su seriedad o su honorabilidad, pero ha servido para dos partidos distintos, que son en realidad el PRIAN.

Mucho se ha especulado, resaltó, sobre su aparición en la boleta electoral del próximo año. Su trayectoria está en escrutinio y también las decisiones que ha tomado, por ello me parece que sería muy interesante saber por quién votó en la elección del 2012.

Le contesto con claridad. En 2012 voté por el presidente Enrique Peña Nieto, respondió Meade, entre fuertes aplausos de los legisladores del PRI.

El ex perredista Alejandro Encinas consideró positivo el reconocimiento, y destacó lo singular de un funcionario “que ha trascendido dos sexenios y dos partidos distintos y es uno de los precandidatos a la candidatura presidencial del PRI.

Irónico, mordaz, Bartlett no desaprovechó la oportunidad y señaló que al reconocer que dio su voto a Peña Nieto, lo que hace es invitar al Ejecutivo federal a que ahora él vote por usted, y eso está muy mal, porque el voto de Peña Nieto es el beso del diablo.

Sonriente, casi paternal, Bartlett insistió en los consejos al funcionario. El PRI está en tercer lugar y va para el cuarto, el PRI es repudiado en el país. Hasta le dijo que lo hace con afecto, porque lo conozco desde chiquito.

El ex secretario de Gobernación no paraba: a usted lo quieren en el Banco de México; es el candidato natural, luego brinca como Carstens de regreso al Fondo Monetario Internacional, y así no le pasa nada.

El titular de Hacienda no pudo dejar de reír desde su lugar en la tribuna, junto al presidente del Senado, Ernesto Cordero, su compañero en el gabinete de Felipe Calderón. Al concluir la comparecencia, Meade se retiró del salón de sesiones entre abrazos y felicitaciones de legisladores de todas las fuerzas políticas.