Opinión
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Como una lágrima bajo la lluvia
D

esde un principio la idea sonaba descabellada. Hacer una secuela de Blade Runner, la obra maestra de Ridley Scott, 35 años después se antojaba un reto imposible, dada la contundencia de la película original. Pero qué hacer cuando el propio Scott funge como productor ejecutivo de la necedad.

Y no es que hayan quedado muchas ideas en el tintero. Aun con el falso final impuesto por la Warner, al que le tengo cariño, Blade Runner era redonda en su exploración de la paradoja sobre si los androides –o replicantes– resultaban más humanos que los humanos; y qué sucede si se pretende crear vida como los dioses, en una relevante revisión del mito de Prometeo. Volver a los mismos temas suena a redundancia y eso es lo que hace Blade Runner 2049, dirigida por el hábil pero sobrevalorado realizador francocanadiense Denis Villeneuve.

La acción se sitúa en el año epónimo, cuando un blade runner –o sea un policía dedicado a exterminar replicantes de la serie Nexus 8– llamado simplemente K (Ryan Gosling) acude a una especie de granja para liquidar a Sapper Morton (Dave Bautista), quien guarda un secreto trascendente. Según parece, por el análisis de un esqueleto femenino hallado en el lugar, una pareja de replicantes fue capaz de reproducirse. El hijo resultante será el nuevo objeto de búsqueda de K, así como del magnate endiosado Niander Wallace (Jared Leto), quien manda a su temible ejecutiva Luv (Sylvia Hoeks) a hacerse cargo.

El talentoso Hampton Fancher, guionista de la original, y Michael Green se dieron a la tarea de rediseñar una trama que evocara la versión de 1982 y, al mismo tiempo, explorara nuevos territorios. No lo consiguieron del todo. Villeneuve conduce la historia a un ritmo moroso, como si lo lento evocara lo portentoso. Aunque hay, desde luego, muchas referencias visuales y musicales a la cinta de Scott, Villeneuve intenta labrarse una imaginería propia, la cual es comprensible ante su estatus de autor.

Así pues, la película está cargada de imágenes vistosas y llamativas. Sin embargo, falta algo. Ignoro si la diferencia radica entre el grabar en digital o filmar en 35 mm, o si Jordan Cronenweth era un cinefotógrafo con más pericia que el experto Roger Deakins, pero a Blade Runner 2049 le falla la densidad visual tan intoxicante de su antecesora. Incluso cuando se quiere evocar esa imaginería el resultado se queda corto. Por ejemplo, hay una secuencia callejera en que K cena en un puesto mientras lo acosan tres prostitutas. Es un momento que, con la lluvia incesante, los transeúntes en bicicleta, los gigantes anuncios voladores, entre otros elementos, se quiere hacer una cita directa de la original. Y nomás no.

Por lo mismo, de poco sirven un triste cameo de Gaff (Edward James Olmos), abandonado en un asilo de ancianos, o la resurrección digital de Rachael (Sean Young), más un gimmick que otra cosa.

De manera irónica, la película cobra vida en cuanto K rastrea a Deckard (un enérgico Harrison Ford) en un casino abandonado. En ese tramo final, Blade Runner 2049 se sacude la modorra y cobra una inusitada urgencia en lo que el protagonista descubre cuál es su verdadera naturaleza. Al mismo tiempo, Deckard es el personaje más humano pues es el único que ha demostrado una capacidad de amar; en contraste, K debe conformarse con la devoción de Joi (Ana de Armas), la preciosa muñeca que es como un súper holograma con sentimientos.

Recuerdo de manera vívida la primera vez que vi Blade Runner, en 1982, cuando me pareció una epifanía cinematográfica, una emotiva obra capital que hacía un híbrido entre la ciencia ficción y el cine negro para cambiar las reglas del juego visual. Innumerables revisiones posteriores –de diferentes versiones, además– sólo me lo han confirmado. En cambio, la secuela es un trabajo esforzado, sí, pero de escasa resonancia.

Blade Runner 2049

D: Denis Villeneuve/ G: Hampton Fancher, Michael Green, basado en personajes creados por Philip K. Dick en la novela Do Androids Dream of Electric Sheep?/ F. en C: Roger Deakins/ M: Benjamin Wallfisch, Hans Zimmer/ Ed: Joe Walker/ Con: Ryan Gosling, Harrison Ford, Robin Wright, Ana de Armas, Sylvia Hoeks, Jared Leto/ P: 16:14 Entertainment, Alcon Entertainment, Columbia Pictures, Scott Free Productions, Thunderbird Entertainment, Torridon Pictures, Warner Bros. EU, 2017.

Twitter: @walyder