Con el proceso electoral en marcha y en plena efervescencia especulativa sobre quiénes postularán los partidos políticos para sucederlo, el presidente Enrique Peña Nieto salió en defensa  de los rituales sucesorios del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

‘‘Los priístas tenemos nuestra cultura, nuestra propia liturgia. Hay quienes nos estigmatizan porque somos diferentes, porque no hacemos (elecciones) primarias, porque no hacemos ejercicios que otros partidos políticos eventualmente hacen. Está bien que se hagan, se vale, como se vale ser católico o ser protestante.’’

Durante el foro La fortaleza de las instituciones, organizado por el Grupo Financiero Interacciones, Peña Nieto acotó las inquietudes sobre los tiempos sucesorios del tricolor.

–¿Cuándo vamos a conocer al candidato del PRI a la Presidencia? –le preguntó la periodista Adela Micha, moderadora del foro.

–Cuando el partido tome la definición –respondió el titular del Ejecutivo.

–¿Y qué pasó con la liturgia del PRI?

–Lo que pasa es que luego nos sincronizamos el partido y el Presidente, que eso pasa. Luego no sé quién le lee la mente a quién, si el partido al Presidente o el Presidente al partido, pero coincidimos.

De buen talante, Peña Nieto respondió todas las preguntas, incluida la relacionada con el papel del mandatario federal en la selección del candidato de su partido.

–¿El Presidente no va a decidir quién va a ser  el candidato del PRI a la Presidencia?

–El Presidente tiene siempre, por supuesto, una opinión importante en el priísmo y el priísmo lo sabe. Los priístas tenemos nuestra propia cultura, nuestra propia liturgia.

–¿Los tiempos apremian?

–Yo creo que los tiempos (...)A finales de año va a haber ya candidato. No falta mucho para eso. Estamos a casi dos meses de la Navidad. El calendario electoral da hasta el 14 de diciembre para empezar las precampañas.

Y acotó: ‘‘Dejen que el PRI defina su proceso al amparo de su propia liturgia; siempre ha funcionado así’’.

Señaló que el Revolucionario Institucional supo trascender de ser un partido hegemónico a una etapa de competencia electoral. ‘‘Lo que no cambia (en el partido) es su esencia, su liturgia, su estilo, su forma. Si a la Iglesia católica le ha funcionado más de 2 mil años, creo que no han cambiado las formas de hacer las cosas’’.

Perfil ideal del abanderado

Respecto del perfil que debería tener el candidato, Peña Nieto citó tres características: ‘‘Que ame entrañablemente a México; que tenga una trayectoria en la que pueda acreditar conocimiento  y experiencia en el servicio público, y que tenga una propuesta clara, porque en los procesos a veces hay mucha retórica, mucho bla bla bla, pero al final la gente tendrá que evaluar si las propuestas de los candidatos son viables’’.

En este contexto, Peña Nieto salió en defensa de los partidos políticos como instituciones claves de la democracia: ‘‘Hay quienes desprestigiando a las instituciones y los partidos creen que es la mejor ruta de construir y yo creo que no. Creo en el régimen de partidos, porque es donde se permite en democracia tener opciones para escoger y eso incluye el régimen de candidatos independientes’’. Confió finalmente en que la gente se case ‘‘con la opción que considere sea viable y no se deje convencer por expresiones meramente de retórica y de discurso’’.