Más alcoholismo, sobrepeso y obesidad en el sector, entre los factores: Rufino Luna
En 2016 hubo 4,686 nuevos casos; se busca frenar la tendencia, que seguirá en los próximos 10 años
Jueves 19 de octubre de 2017, p. 34
A pesar de las campañas de concientización sobre el cáncer de mama y la importancia del diagnóstico oportuno, dicho padecimiento sigue siendo la principal causa de muerte entre las mexicanas, su prevalencia aumenta año con año y no se prevé que esta tendencia baje en la próxima década.
Advirtió lo anterior Rufino Luna Gordillo, director general adjunto de salud reproductiva de la Secretaría de Salud (Ssa). Indicó que este fenómeno se debe en gran medida al aumento del alcoholismo, el sobrepeso y la obesidad entre la población femenina, así como al incremento en su promedio de edad.
En entrevista con La Jornada, el funcionario explicó que de acuerdo con las cifras oficiales más recientes, en 2016 se registraron en el país 4 mil 686 nuevos casos de cáncer de mama, lo que arroja un promedio de 18 defunciones por cada 100 mil mujeres mayores de 25 años.
Dicho indicador de mortalidad ha ido al alza en los últimos 30 años, pues mientras en la década de los 90 del siglo pasado era de 12.2 decesos por cada 100 mil, en 2000 fue de 14.4, en 2006 de 15.2 y en 2015-2016 alcanzó la cifra de 18, detalló el especialista.
Entre las razones de que ese padecimiento sea hoy la principal causa de muerte entre las mexicanas –luego de haber superado al cáncer cérvicouterino en 2006–, se encuentran factores tanto demográficos como epidemiológicos.
En primer lugar, dijo Luna, hay más mujeres adultas mayores, debido al aumento en la esperanza de vida de este sector, que hoy es de 77.8 años en promedio. Sólo por esta causa hay más mujeres que tienen probabilidad de desarrollar cáncer de mama.
A lo anterior se añade el hecho de que en México también ha aumentado entre las mujeres la prevalencia de hábitos de riesgo que ayudan a la aparición de la mencionada enfermedad, como sobrepeso, obesidad, consumo excesivo de alcohol y sedentarismo, los cuales han ido de 24.3 por ciento en 2000 a 41.3 en 2012.
Todo ello, sumado a los bajos índices de lactancia materna, se conjuga para que las mujeres tengan mayor predisposición a desarrollar dicho tumor. Una meta para 2018 es detener su crecimiento y la mortalidad mediante la detección oportuna, pero no pretendemos que vayan a la baja. Creemos que al menos van a pasar 10 años más para que disminuyan
, apuntó Luna.
Para alcanzar ese objetivo no sólo hará falta realizar un trabajo titánico
de prevención de sobrepeso y obesidad, sino también enseñar a las mujeres a autoexplorar sus senos y dotar a los hospitales de equipos de mastografía de última generación, así como personal capacitado para utilizarlos.
Necesitamos mastógrafos digitales, pero también médicos radiólogos expertos en mama que los sepan utilizar, pero no hay suficientes y eso nos ha dificultado incrementar la detección temprana, que en México es de apenas 30 por ciento de los casos, cuando el indicador internacional dice que debe ser de 75 por ciento
, subrayó el especialista.