Buenos Aires

Al comenzar la noche en la morgue judicial, con el rostro desencajado por el dolor, Sergio Maldonado reconoció el cuerpo de su hermano menor, Santiago, encontrado el pasado miércoles en la provincia de Chubut tras permanecer desaparecido desde el pasado 1o de agosto, cuando la gendarmería reprimió brutalmente una protesta de la comunidad mapuche, en Esquel que el joven artesano acompañaba.

La noticia, aunque esperada, golpeó duro en todo el país donde el tema de la desaparición forzada volvió a aparecer como un fantasma del pasado, cuando la dictadura militar (1976-1983) aplicando el terrorismo de Estado, en el esquema de la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos desapareció a unos 30 mil opositores, apropiándose de unos 400 hijos de desaparecidos, la mayoría de ellos nacidos en cautiverio.

El cuerpo al parecer fue plantado en el lugar donde finalmente se encontró, cerca de la orilla del Río Chubut, que fue cruzado ese 1o de agosto por el grupo de mapuches perseguidos a balazos por los gendarmes. Santiago se quedó en la orilla adonde llegaron gendarmes armados y se oyó claramente- acá tenemos a uno, como demuestran videos, grabaciones y testigos.

Algunos mapuches declararon que vieron cómo los gendarmes detuvieron y golpearon a Santiago, al que reconocieron porque uno de ellos le prestó una chamarra celeste debido al frío, cuando el joven se sentó a tomar mates con ellos en la casilla de la guardia que hacían en el el Pu Lof de Resistencia Cushamen.

Atestiguaron que se lo llevaban en una camioneta, pero de inmediato hubo una severa presión del Ministerio de Seguridad de la Nación, cuando la ministra Patricia Bullrich, negó que hubiera operativos de gendarmería, y minimizó la presencia en el lugar de su jefe de gabinete, Pablo Nocetti.

Durante 79 días el gobierno dilató todas las presentaciones de pruebas, y sancionó a periodistas que denunciaban el caso. Se acusó a los seguidores de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner de politizar el caso, cuando el suceso era evidentemente político, al intervenir una fuerza de Seguridad Estatal, que reprimió a siete mapuches y a Santiago tras cortar una ruta en protesta por la prisión ilegal de Jones Huala, uno de sus lonko (jefes), y por el robo escandaloso de sus tierras compradas por la transnacional Benetton, durante el gobierno de Carlos Menem en los años 90.

Desde el primer momento, Sergio Maldonado, y su esposa se pusieron al frente de la dolorosa y lacerante búsqueda. Soportaron no sólo esta tragedia sino el maltrato y hasta la persecución política por su insistencia en conocer la verdad, con una fuerza que conmovió a todos.

Fueron acompañados por los organismos de derechos humanos, como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo , Hijos de Desaparecidos, la Liga por los Derechos del Hombre, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el Centro de Estudios Legales y Sociales y otros, que junto a la familia convocaron a miles de manifestantes en marchas históricas tanto en Buenos Aires y el interior del país, bajo el lema que trascendió al mundo ¿dónde está Santiago Maldonado?

Nada de esto conmovió al gobierno, blindado en un encubrimiento evidenciado y registrado con pruebas, como el que los funcionarios se ocuparan más en silenciar y perseguir a los que exigían la verdad, que en resolver la desaparición.

Esta noche el fiscal federal Federico Delgado-en la mira del gobierno- imputó al presidente Mauricio Macri, a la ministra Bullrich, a su funcionario Pablo Nocetti y al jefe de Gabinete Marcos Peña por el encubrimiento del caso. Además están señalados el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, y otros.

Todos los organismos advierten sobre el papel criminal de la prensa oficialista, del Grupo Clarín y otros como La Nación, Infobae, y a periodistas que se comportaron como operadores de inteligencia al publicar pistas falsas, mentiras, agravios a la familia y condenas a los mapuches. También señalan a la fiscalía de Chubut , al juez Guido Otrantto, quien ocultó pruebas y allanó a comunidades mapuches, y a la Gendarmería, donde algunos jefes señalaron recibir órdenes de Seguridad para ese operativo.

El gobierno de Macri se ha saltado ya todos los límites, señalaron sectores opositores, que ahora demandan un seguimiento vigilado de todo lo que se haga.

En este momento los Médicos Forenses de la Corte Suprema, acompañados por una decena de peritos de todas las partes, y el equipo de Antropología Forense, realizan una autopsia, que llevará largas horas.

Todo indica que el cadáver del joven no estuvo los 79 días bajo el agua, y por eso se habla de que el fue plantado un cuerpo, en un lugar que fue rastrillado cuatro veces hasta por 300 especialistas y buzos.

Para agravar la situación, el gobierno realizó una encuesta de último momento sobre las elecciones del próximo domingo para determinar si el caso Maldonado había afectado electoralmente a la oficialista Alianza Cambiemos.

Ahora la familia de Maldonado dice que otro calvario comienza y es el tener que cuidar cada prueba, cada paso, ya que han dejado de confiar en todas las instituciones del Estado.

Esta noche llegaron centenares de estudiantes y familias enteras hasta la puerta de la morgue, con flores y velas para levantar un altar. Otros más se acercaron a Plaza de Mayo convocados espontáneamente. A estos últimos se unieron manifestantes de un movimiento social, cuyos representantes se encadenaron a las rejas del Ministerio de Desarrollo Social en huelga de hambre desde anoche, para pedir trabajo, porque el hambre avanza en sus territorios.

Todo un símbolo en este día, donde ya se sabe que el cuerpo es de Santiago Maldonado, pero ahora se gracias a la movilización de miles de personas aquí y en todo el mundo, se sabrá lo que le hicieron a Santiago, que hasta con su muerte da voz a los mapuches, un pueblo perseguido al que acompañó solidariamente.